La UE retrasa la decisión sobre la implantación del euskera, el catalán y el gallego
ESPAÑA
Uno de los escollos es el económico, la financiación de la traducción de las sesiones de las instituciones comunitarias, los documentos y las comunicaciones internas a estos tres idiomas, que elevarían a 27 las lenguas oficiales del bloque
18 sep 2023 . Actualizado a las 16:48 h.La posible introducción del catalán, el euskera y el gallego entre los idiomas oficiales de la Unión Europea (UE) se debatirá este martes en Bruselas, por primera vez, a nivel de ministros. La inclusión de los tres idiomas genera ciertas «dudas» entre varios países del bloque y Suecia, Finlandia e Irlanda han pedido estudios sobre el impacto económico y político de esta decisión, que requiere de unanimidad para su adopción. Así las cosas, se espera «un primer debate» entre los Estados miembros en el Consejo de Asuntos Generales, pero todo indica que los ministros pospondrán la decisión sobre la propuesta española.
Una patada adelante con la que el Gobierno español trata de ganar tiempo, manteniendo la propuesta sobre la mesa, ya que la oficialidad del catalán es clave para lograr los apoyos de los diputados de JxCAT y ERC de cara a la investidura de Pedro Sánchez. Según fuentes del Consejo Europeo, la propuesta española «es de interés esencial para España» y se ha presentado con «fuerza y rigor». Las conversaciones entre los embajadores «han sido constructivas» y se espera que los ministros sigan con ese mismo tono.
Uno de los escollos es el económico, de la financiación de la traducción de las sesiones de las instituciones comunitarias, los documentos y las comunicaciones internas a estos tres idiomas, que elevarían a 27 las lenguas oficiales del bloque. Para intentar salvar las reticencias en este sentido, el Gobierno español se ofreció la semana pasada a sufragar el coste de la traducción a estas tres lenguas.
La posibilidad de que la inclusión del catalán, el euskera y el gallego abra la puerta a las peticiones de otras lenguas minoritarias de la UE es más sensible, por lo que los Estados miembro piden más tiempo para analizar la decisión. Algunos incluso exigen llevar a cabo «discusiones técnicas» en grupos de trabajo específicos, ya consideran que «es muy pronto para tomar una decisión».