El comercio espera un Black Friday con menos ofertas y ventas moderadas

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Sandra Alonso

Aunque el desabastecimiento será puntual, ya hay productos sin «stock»

22 nov 2021 . Actualizado a las 10:09 h.

Si está pensando en aprovechar el Black Friday —26 de noviembre— para adelantar trabajo a Papá Noel o los Reyes Magos, no se moleste: tardarán menos en llegar a Galicia en trineo o camello de lo que lo harán los gigantes del comercio y la logística.

¿Había ahorrado para un iPhone 13? Paciencia, porque Amazon lo despacha en un período de dos meses. Cuando se dé cuenta, estará encarando la cuesta de enero, con suerte, porque quienes se han decidido a comprar a estas alturas del año el iPhone 13 Pro MAX, ya no tienen opción: «Temporalmente sin stock», anuncia la empresa. Habelos, hailos, pero para encontrarlos habrá que rebuscar en los almacenes de tiendas donde hayan quedado sin vender.

¿Qué está pasando? No es que la llegada del frío haya despertado el ánimo consumista: «Pedí mi iPhone el 7 de septiembre y recibí el teléfono el 8 de noviembre», se queja un usuario. Ni los repartidores ni los mozos de almacén de la empresa tienen la culpa. Tampoco las divisiones de logística, reforzadas este año para la campaña: «Hemos invertido en personal, aviones, barcos e infraestructuras para llevar las mercancías de A a B. Y hemos creado una fuerte red de asociados en toda la cadena de suministro», explica la compañía de Jeff Bezos. Pero ni así. El desabastecimiento «afecta a artículos puntuales», reconocen los grandes distribuidores (Anged). También admiten «ciertos retrasos» en la entrega de algunas mercancías.

Hay que poner los ojos en el gigante de la manzana. Apple no puede vender lo que no produce. La compañía está experimentando problemas en el suministro de microchips, tan codiciados en el mercado. Lo mismo le ocurre a Sony, con la Play Station 5, que faltará en muchos hogares españoles —este año también—. Ya no quedan unidades, ni ahí ni en otras grandes superficies.

Productos sustitutivos

El desabastecimiento en este Black Friday —puntual— también afecta a otras mercancías, desde electrodomésticos a juguetes. No obstante, desde la Asociación de fabricantes y distribuidores (Aecoc), señalan que hay productos sustitutivos de otras marcas: «Si quieres una lavadora de 400 euros, puede que de una marca en concreto no tenga, pero tendré otras de características similares, y eso está garantizado», asegura su responsable de productos tecnológicos, Alejandro Lozano.

Al margen del desacoplamiento entre la oferta y la demanda de microchips —claves para la producción de estas mercancías—, Lozano apunta a otras causas tras los problemas de abastecimiento. En primer lugar a la demanda extraordinaria de productos gaming y móviles o tabletas de alta gama para los que no existe aún un histórico de ventas, así que es muy difícil anticipar su éxito entre los consumidores y sus tiradas. La segunda razón que explica el bum y la escasez tiene que ver con la conducta del consumidor. El año pasado invirtió parte de sus ahorros en renovar sus equipos electrónicos en el hogar —las ventas de ordenadores se dispararon un 24% y de grandes electrodomésticos un 9,8% —. Los fabricantes de microchips no dieron abasto. ¿Qué pasó tras el desconfinamiento? Este año la venta de ordenadores cayó un 3,8%, pero han crecido las compras de móviles (22,8%), ahora que la gente los puede enseñar. «En el confinamiento, la telefonía de alta gama cayó porque no había oportunidad de poder lucirla. Las familias renovaron el equipamiento del hogar, donde pasaban más tiempo», sostiene Lozano. El ahorro generado en la pandemia está fluyendo ahora hacia productos tecnológicos premium.

Menos compras y más caras

Las ventas se acelerarán en el Black Friday. Las empresas, aunque optimistas, anticipan menos compras que otros años y más caras: «Pueden producirse menos actos de compra, pero de más valor», anticipó el director de ventas de Samsung, Daniel Molero. Coincide Lozano, quien cree que los sobrecostes que están asumiendo las empresas por la subida del precio del transporte, la energía y las materias primas se traducirá en rebajas menos jugosas: «Hay una pérdida de rentabilidad. Para no derivar el sobrecoste en el cliente final haremos promociones menos agresivas. En una situación normal te ofrecería un 40 o 50% de descuento en un producto, ahora te ofertaré un 20%», explica.

De esta campaña depende el 30% del negocio anual del sector tecnológico

Si en el 2020 las compras se concentraron en el sector tecnológico, este Black Friday de puertas abiertas sus empresas tendrán que darse codazos con el textil, los artículos de belleza y hasta con los bares: «El año pasado había sectores que no podían competir, como el ocio o la hostelería. Con el desconfinamiento entran en juego. La lucha va a ser por la cuota de bolsillo, lo que le queda a la familia después de cubrir sus gastos», sostiene Lozano. Han buscado proveedores alternativos para garantizar la oferta en esta cita. «Son fechas en las que el sector no puede fallar. Si no, se les cae el año», admite. Y es que el 30% de las ventas anuales se concentran en esta campaña.

La gran pregunta que se hacen algunos comerciantes es: ¿Qué pasará después del Black Friday y de la Navidad? Por ahora van servidos, pero fuentes del sector comercial aseguran que tendrán problemas para hacer reposiciones. No solo eso. Algunos negocios anticipan subidas espectaculares de precio para los pedidos del 2022.

Cuánto gastaremos

Ajenos a los problemas que se cuecen tras los escaparates, los españoles siguen dispuestos a sacar la cartera. Según un informe de Randstad, el 27,5% tiene planeado gastar unos 500 euros en compras, el mismo volumen de personas que no tienen pensado rascarse el bolsillo. Solo el 12,5% cree que se dejará más de 1.000 euros en este Black Friday y hasta un 7,5% aprovechará las ofertas para hacer grandes compras, con un gasto superior a los 10.000 euros.

Los productos más demandados serán los tecnológicos (41,7%), seguidos de la moda y productos de belleza (27,8%), junto a los electrodomésticos (26,1%).

José María Seijas: «Estoy seguro de que habrá subida de precios, no cabe duda»

El comercio minorista facturó el año pasado 20.000 millones de euros menos. Con las restricciones de aforo, apertura y el temor de los consumidores al contagio, se perdieron 60.000 puestos de trabajo, según apuntan desde Anged. Por eso este 2021, al calor de la recuperación, esperan un Black Friday más positivo.

El comercio gallego se muestra más comedido: «Las ventas se están recuperando, pero hay que hacer una valoración prudente porque están subiendo mucho las materias primas, el transporte y la energía. Eso influye. La gente va a comprar menos. Quizá este sea un problema más grave que el de la disponibilidad de mercancía», señala el presidente de la Federación Galega de Comercio, José María Seijas.

En efecto, el comercio se ha pertrechado con los productos más demandados desde hace dos o tres meses: «No esperamos a última hora para comprar. Ya está hecha la gestión», explica. En general, van bien servidos. Los gallegos tendrán donde elegir: «No creo que vaya a haber problemas graves. Podría haber algún problemilla en sectores que utilicen tecnología, los juguetes por ejemplo, por los microchips, pero no será algo masivo, será algo más puntual», subraya.

¿Afectará al textil? Las fuentes consultadas lo descartan. Trabajan con ocho y nueve meses de antelación. La oferta de este Black Friday se preparó hace un año. Aunque trabajadores de Inditex señalan que podría haber problemas de sobrecostes y encarecimientos para las próximas temporadas (2022-2023) —en fabricación — si las dificultades de suministro persisten.

«En estos momentos, en la alimentación y textil no estamos sufriendo desabastecimientos», confirma Seijas, para quien la escasez de ciertos materiales que vienen de China, como los semiconductores, nos recuerda que «tenemos que prepararnos y recuperar la producción en Europa».

Se muestra franco al hablar de los precios: «Estoy seguro de que habrá subidas de precios, no cabe duda. Si no es imposible subsistir. Hay que pensar que lo que antes costaba 3 transportar ahora cuesta 15». Y esto afecta tanto a las grandes cadenas de distribución como a las tiendas del barrio. «Naturalmente los grandes monstruos tienen un colchón más grande que el del pequeño comercio, pero lo que no pueden hacer es reducir más los precios y descuentos. Los márgenes ya son de por sí muy ajustaditos», sostiene.