Diversificar fuentes de abastecimiento, producción y distribución tanto geográfica como cultural, política, demográfica y tecnológica es otro de los preceptos a tener en cuenta de cara al futuro, al tiempo que se apuesta por crear planes de contingencia y de continuidad de negocio. No
significa que países y empresas estén preparados para eventualidades de la envergadura de la ocurrida, pero sí que dispongan de unas directrices básicas que les ayuden a superar acontecimientos similares sin que las consecuencias sociales y económicas resulten tan trágicas.
Marcelo Leporati
«Mitad de las empresas carecían de un plan de contingencia»
El terremoto y tsunami de Japón del 2011, y antes el virus del SARS en el 2002, habían puesto sobreaviso a la comunidad internacional de las consecuencias que este tipo de acontecimientos pueden causar en todos los ámbitos. El profesor Marcelo Leporati, coautor del informe sobre el impacto que la pandemia ha originado en las cadenas de suministros, sostiene que «lo ocurrido no puede volver a pasar en un mundo en el que tenemos mucha información con más datos y los datos están para ser utilizados y planificar mejor con planes de contingencia que nos permitan mitigar los riesgos».
-¿Porqué España se ha visto especialmente perjudicada por esta situación?
-Por varias razones. Muchas. No es la primera vez que pasa, ha ocurrido en otras ocasiones. Pero ha tenido mayor impacto ahora porque ha llegado al día a día de los ciudadanos. El SARS, en el 2002, marcó el inicio. El terremoto de Japón, con el tsunami, sí afecto a las cadenas de suministros de componentes electrónicos que provocó que quien comprase un coche ese año no lo tendría por esa causa. Pero entonces fue puntual. Esto venía pasando y lo que nos hemos dado cuenta con la pandemia es que no había mecanismos de las empresas para prever las disrupciones a mayor escala. La producción se concentra solo en una región, el área de China, pero también los proveedores en todos sus niveles y en muchos casos son los mismos para los competidores que hay en la industria.
-Tuvo que enfrentarse incluso con sus socios europeos para hacer frente a las necesidades en materia sanitaria.
-La industria de la salud no tiene una referencia en el continente. Por ejemplo, las mascarillas. Los fabricantes estaban precisamente en el país donde se origina la pandemia. Ahí empezó una guerra para abastecerse. Las compañías han tomado la decisión de producir lejos basado en los costes, sin darle importancia a los riesgos. El material sanitario es crítico ante una pandemia y no puede estar todo el mundo pendiente de una sola región. Debe haber planes de contingencia que nos permitan que determinados materiales se abastezcan de distintas fuentes. No quiere decir que ahora España se ponga a fabricar mascarillas. Debe establecerse un acuerdo en la UE de quien va a fabricarlo, cómo se va a repartir y establecer cuotas en el caso de necesidad.
-¿Qué ámbitos de la industria se consideran esenciales para hacer una reorganización de este tipo? ¿Qué otros sectores se consideran esenciales?
-Todos los sectores son fundamentales. Hay unos más críticos que otros. Pero en todos se debe mapear la cadena de suministros, quién es el proveedor de qué cosas. Identificar los puntos sensibles para diversificarlos y suministrarse desde regiones diferentes. Es esencial, además, diseñar planes de contingencia sobre cómo actuar ante circunstancias como la pandemia. Es que casi la mitad de las empresas no tenían planes de contingencia ante un corte en el aprovisionamiento. Esto no puede volver a pasar. Hay que disponer de mecanismos de contención.
-Grandes compañías, como Inditex, con experiencia logística, disponibilidad y conocimiento del mercado, ha paliado en cierto modo esta crisis.
-Ha sido público la colaboración de Amancio Ortega con el país y poniendo su sistema logístico a disposición de todos los ciudadanos. La función de estas empresas es vital porque al final acaban salvando vidas y es bueno tener y contar con este tipo de empresarios que tienen esta conciencia social de la responsabilidad que tienen, lo grandes que son y el impacto que tienen en la sociedad.
-En el caso de España, hasta que punto estas disrupciones influyen en el PIB?
-Todos los países de la UE están afectados, pero unos más que otros. El premio grande se lo lleva España; hubo una cuarentena larga y nuestro componente de país de servicios es mayor. Estas dos razones han llevado a que el impacto en el PIB sea más alto. Cada país es un mundo, por su marco legal, costumbres, etc. Hay distintas formas de hacerlo y generan impactos en la economía.