Más que una filial

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Repsol dice adiós a prácticamente la mitad de su producción de hidrocarburos y a un tercio de sus beneficios.

17 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Con la pérdida de YPF, Repsol pierde algo más que una filial. Dice adiós a prácticamente la mitad de su producción de hidrocarburos y a un tercio de sus beneficios. También se despide del 40 % de sus reservas. La expropiación tendrá además otros efectos que no son tan fáciles de medir, como la rebaja de calificaciones que a buen seguro sufrirá la petrolera o las dificultades de financiación que traerá a aparejadas en un momento en el que, además, en el mercado se penaliza la marca España. En cualquier caso, aquellas pérdidas a las que se puede poner cifra no se podrán cuantificar hasta que el Gobierno argentino haga pública la compensación económica que recibirá la española.

Para Argentina, la expropiación de YPF supone recuperar el control no solo de una de las mayores empresas del país, sino, sobre todo, de la compañía que representa la columna vertebral de su mercado energético. Por no hablar de que en el imaginario popular, la marca YPF está asociada a un pasado de esplendor.

Nacida en 1922, quince años después de que el primer oro negro brotase de las entrañas argentinas, Yacimientos Petrolíferos Fiscales fue en su día un ejemplo a seguir en Latinoamérica. En ella se inspiraron muchos de sus vecinos. Brasil, sin ir más lejos, la empleó como ejemplo para levantar los cimientos del gigante Petrobras.

Fue en enero de 1999 cuando Repsol puso el primer pie en la filial ahora expoliada. La decisión le valió a su entonces presidente, Alfonso Cortina, el reconocimiento internacional. Habrá que ver ahora si a Brufau la pasa factura.