Diseño coruñés para la nueva pasarela

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

El paso elevado de A Grela se pensó para darle un aire menos convencional y más urbano, con una estructura ligera

13 dic 2019 . Actualizado a las 12:17 h.

La nueva pasarela que une A Grela con Marineda no solo permite cruzar la carretera, sino que también es el punto de entrada a K2 Ingeniería. Esa es la firma que diseñó ese puente peatonal, coruñés por su ubicación y también por su gestación. La firma la dirigen los ingenieros Ricardo Rico Rubio, Sergio Couto Wörner y Jorge Cascales Fernández. El hecho de que la Xunta haya recurrido a ellos para dibujar el puente no es casual. Porque K2 Ingeniería lleva un decenio diseñando puentes y estructuras a lo largo y ancho del mundo.

La firma, cuenta Cascales, nació hace diez años. Los tres socios llevaban otros tantos trabajando para una gran empresa del sector y decidieron empezar por su cuenta. Hoy son 15 empleados, ocho en la sede de A Coruña, cerca de la calle Torreiro, cinco en Madrid, y dos más en México.

La empresa coruñesa tiene sobrada experiencia en diseño de puentes, y ha trabajado en Chipre, Escocia, Rumanía, Serbia, Arabia Saudí, Perú, Portugal, Marruecos... Y por supuesto en España, donde han colaborado, entre otras cosas, en el diseño de puentes para el AVE. En A Coruña también han dejado su huella en la tercera ronda, y suyo es también el diseño del próximo desmontaje del viaducto de la ronda de Nelle. «Trabajar en nuestra ciudad nos hace especial ilusión», cuenta Cascales sobre la pasarela.

«Ya había un proyecto previo, pero la Xunta quería hacer algo menos convencional, un poco diferente, más cuidado y singular», relata Cascales. Se planteó un diseño y se fue puliendo poco a poco. «Una altura mayor podía generar más impacto, tenía que ser una estructura sencilla, esbelta y ligera», explica, y además tenía que ir sin apoyos intermedios. Así, la pasarela cuenta con tres vanos, el central, por el que discurren los carriles, suma 85,8 metros de luz. Para dejar tal hueco sin apoyos hace falta mucho trabajo de ingeniería. En su punto medio la plataforma tiene un espesor de tan solo un metro. La forma curva, además de su efecto estético, tiene otro constructivo. «Nos permitía hacer la estructura sin juntas, nos hacía falta una mayor rigidez en los extremos y eso se puede lograr por la configuración en curva», cuenta Cascales.

Hay meses de cálculos detrás de la pasarela. Las explicaciones de tensiones y dilataciones no son para legos en la materia. El hecho es que, si fuese recta, no podría haberse hecho del mismo modo. El paso, que aguanta más de 500 kilos por metro cuadrado, tiene una parte que se ve y otra que no. Bajo tierra hay tirantes de acero y toneladas de hormigón. Llevó su tiempo hacerla porque había muchos servicios afectados. Ya está lista y operativa. «Ojalá sea funcional y guste», dice Cascales. Parece que va por el buen camino.