«Os meus bois están mimados»

Dolores Vázquez ABEGONDO / LA VOZ

ABEGONDO

CESAR DELGADO

Un conductor de Tranvías coruñés cuenta con una explotación ganadera en Abegondo donde cría catorce bueyes para carne

01 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Reserva de la Biosfera impulsó ayer una jornada sobre las oportunidades del sector ganadero. Quien sabe de la dicotomía entre campo y ciudad es Juan Luis Mantiñán Bocelo, un conductor de Tranvías que cría con pasión bueyes en Vizoño. Su abuelo trabajó con bueyes para el Concello da Coruña como tracción animal, su padre pisaba con los suyos el campo de fútbol de Riazor y él creció con ellos en A Coruña, en la actual Manuel Azaña, hasta que la urbanización de Los Rosales les obligó a vender la casa, las cuadras y las leiras en 1993.

«Eu baixaba pola rolda de Outeiro cos bois e canto máis grande era a zorra de toxo máis me gustaba, había moita xente maior e parábanche só para mirar para eles», reconoce con orgullo comentando su relación desde niño con los animales, que continúa en Abegondo, la tierra de su mujer, Fátima Gómez, y donde adquirieron 100 ferrados para continuar con la ganadería. La falta de criadores les hace ir a comprarlos a Portugal. «A raza é a miñota, alá chámanlle a galega», explica sobre las curiosidades de los dos lados de la raia. «Un boi pode valer uns 4.000 euros, depende do peso e da feitura do animal, non é igual pagar un bonito que un feo, os caprichos hainos que pagar. Moitos dos que teño gañaron premios en Portugal», señala sobre unos ejemplares que reconoce que «están moi mimados». Estrados en hierba, salen todos los días al aire libre. Los adquiere con 2 a 3 años y se sacrifican con 4 o 5 años, con un mínimo de 850 kilos en canal. «Hai veces que nos caen as lágrimas», explica sobre el proceso de venta.

Algunos de los suyos imponen por su porte, pero dice que son mansos. «Non se pelexan, só ata que colle un o mando e se é un bo xefe non deixa pelexar aos outros, só con miralos xa paran», explica sobre la estricta jerarquía que tienen los animales.

En su caso no se plantea dejar su principal actividad, aunque a su hobby, como lo denomina, lo atienda todos los días, pese a contar con respaldo. Respecto a si recomendaría dedicarse a ello es claro: «Hai que poñer moito capital para empezar, os principios son moi duros, porque hai que ter instalacións e maquinaria. E a min axúdanme meus pais, se non non era o mesmo», admite, reconociendo en sus padres su misma dedicación. Mantiñán comenta que compensa cuantos más se tienen, los suyos ahora son 14, aunque el año pasado llegó a los 15 ejemplares.