Algunas agencias ponen trabas a devolver el dinero de los viajes de fin de curso

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Cientos de padres adelantaron hasta 800 euros y ahora algunos agentes turísticos les exigen un último pago

22 abr 2020 . Actualizado a las 23:03 h.

Los viajes de fin de curso se organizan con varios meses de antelación. Así que en noviembre o diciembre, cuando el mundo era normal, los estudiantes de todos los colegios o institutos de la ciudad ya tenían claro el destino al que ir. Sus padres, en febrero, ya habían abonado los primeros plazos y el alumnado tenía cerrado el paquete vacacional. Una semana en Mallorca, cinco días en Roma, una ruta en Interrail...

Pero el mundo dejó de ser normal en marzo. Se decretó el estado de alarma, se le fueron poniendo y ampliando plazos y a estas alturas no parece nada probable que en junio o julio todo vuelva a la normalidad. ¿Qué posibilidades reales existen de que las autoridades permitan los viajes de alumnos? ¿Qué probabilidad hay de que el hotel en el que iban a pasar las noches esté abierto o el restaurante les pueda dar de comer? ¿Podrán subir a un avión o autobús? ¿Es sensato viajar en medio de una pandemia?

La presidenta de la Federación Provincial de Centros Públicos de A Coruña (Confapa), Lola Blanco, tiene más que claro que los viajes de fin de curso «se suspenderán» y las opciones de recuperar el dinero adelantado «son complicadas, pues dependen de muchos factores». Así que los estudiantes, este curso, se quedan sin viaje y los padres, probablemente, sin el dinero que les costó.

Álvaro García tiene un hijo en un colegio coruñés, que como el resto de centros educativos no son responsables de los viajes de fin de curso, sino que son los alumnos quienes contratan a un agente turístico). Los estudiantes de segundo de bachillerato habían decidido a final del año pasado hacer un viaje en Interrail por varios países europeos. Desde entonces, este padre, como el resto de padres, abonó en distintos pagos la suma de 800 euros, según explica. Pero no queda ahí la cosa. «La sorpresa fue cuando la semana pasada la agencia me recuerda que tengo que abonar el último plazo, que asciende a 150», dice. Lógicamente, Álvaro García le hizo saber al agente que ante la incertidumbre de estos momentos, su hijo no podrá viajar, «por lo que exigí la devolución y me la denegaron, argumentando que el contrato estaba firmado». Por esta situación están pasando todos los colegios e institutos de la ciudad, con las AMPA tratando de alcanzar un acuerdo con las agencias contratadas.

«La sorpresa fue cuando la semana pasada la agencia me recuerda que tengo que abonar el último plazo, que asciende a 150»

Antonio Feal es agente turístico y lleva 15 años organizando viajes de fin de curso en toda Galicia. Su trabajo consiste en pactar un paquete con un conjunto de padres y luego él se pone en contacto con los proveedores, que son los que tienen conciertos con hoteles, aerolíneas... Son estos los que exigen el pago por adelantado, «mientras que nosotros somos meros intermediarios». Dice ser el «primer interesado en buscar una solución para que, si no se puede viajar, al menos sen recupere el dinero o parte de él». Pero se encuentra con la negativa de los proveedores, que insisten, además, en el último pago».

Lola Blanco, que también es abogada, como presidenta de Confapa le está llegando un aluvión de quejas. «Padres que en su legítimo derecho y aplicando el sentido común, quieren presentar una demanda», dice. 

Reclamación

Pero no es tan fácil. Así explica la situación: «Si no se paga el último plazo, luego no se tendrá derecho a reclamar la devolución del dinero y se perderá todo. Aunque no haya viaje. Incluso hay contratos que exigen penalización en caso de impago». La otra opción es abonar la última cuota. «Entonces sí que se va a poder presentar una demanda. Pero ¿tendrán las empresas turísticas dinero para afrontarlo en una época en la que muchas de ellas tendrán que presentar la suspensión de pagos? ¿A quién reclamar entonces?». Lola Blanco reconoce que la situación es rocambolesca y de difícil salida.