La historia de un derribo (o no)

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CÉSAR QUIÁN

Tras 20 años en pleitos, el edificio de Fernando Macías aún no tiene claro su futuro

18 sep 2017 . Actualizado a las 00:23 h.

Los tribunales entraron en el «rehabilitado» edificio de Fernando Macías antes que las personas. No tenía ni puertas. En 1997 ni siquiera habían comenzado las obras cuando un arquitecto llamado Valentín Souto presentó una denuncia al entender que el proyecto de Fadesa era ilegal. La Justicia comenzó a darle la razón en el 2001. Ahí empezó una batalla judicial que aún no terminó pese a que el Tribunal Supremo acaba de ordenar su demolición.

Vecinos y Ayuntamiento estudian una estrategia para evitar cumplir una sentencia que dejaría sin vivienda o negocio a un centenar de personas o familias y que para las arcas municipales sería una hecatombe. Esta es la historia del edificio:

1961

Construcción original.

El edificio Fenosa fue proyectado por la empresa eléctrica en 1961 en la calle Fernando Macías de acuerdo con las corrientes arquitectónicas más avanzadas de su época -fue el primero de la ciudad con fachada del tipo constructivo conocido como muro cortina-. Su composición arquitectónica estaba fundamentada en el movimiento moderno o arquitectura racionalista.

1997

Fenosa lo vende a Fadesa, la licencia y la denuncia

Cuando la empresa eléctrica gallega se fusiona con Unión Eléctrica, en 1997, trasladó su aparato burocrático a Madrid. Vació el edificio de Fernando Macías, repartió a sus 400 empleados en distintas oficinas y el 20 de mayo de ese mismo año vendió el edificio a Fadesa por 2.250 millones de pesetas (alrededor de 13,5 millones de euros).

El 10 de noviembre de 1997, el gobierno local de entonces, encabezado por Francisco Vázquez, aprueba en pleno la licencia que permitiría a Fadesa la reforma y rehabilitación del inmueble para construir viviendas y locales comerciales.

Antes de comenzar las obras, el arquitecto Valentín Souto aprecia ilegalidades en el proyecto de rehabilitación y lo denuncia en los tribunales.

1999

La constructora termina las obras

A principios de 1999, Fadesa concluye las obras del edificio y comienza la venta de viviendas y locales. Los pisos más baratos, de 60 metros, costaban 24 millones de pesetas. Los más grandes, de 280 metros, podían alcanzar los 60 millones. En apenas unos meses quedó todo vendido. Este era el eslogan de Fadesa: «Una inversión poco común para unos pisos muy poco corrientes».

2001

Primera sentencia

La dictó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Estimaba el recurso contencioso-administrativo interpuesto por el demandante contra el acuerdo de 10-11-97 del Ayuntamiento por el que se otorgó licencia para la rehabilitación del inmueble, acto que fue anulado por ser contrario a derecho, «por lo que deberá procederse a su demolición».

 2006

El Supremo ratifica el derribo

El alto tribunal confirmó en marzo del 2006 ese fallo al rechazar el recurso de la inmobiliaria Fadesa. Dio lugar a varios recursos.

 2009

Recurso municipal

El Ayuntamiento recurre el anterior fallo y el Supremo se pronuncia en el 2009, quitándole la razón e insistiendo en la demolición.

 2011

Recurso de súplica

El TSXG desestima el recurso de súplica y urge la demolición del edificio.

 2013

El TSXG da un giro 

El alto tribunal gallego emitió un auto en el que declaraba la imposibilidad material de ejecución de la sentencia. Parecía que se salvaba el inmueble.

2014

El Supremo lo tumba

El auto del TSXG fue recurrido por el demandante ante el Supremo y este le dio la razón.

 2015

Proyecto parcial

El Ayuntamiento presentó ante el TSXG un proyecto de derribo parcial, alegando la imposibilidad de la ejecución de la sentencia, eliminando los elementos considerados ilegales. El alto tribunal gallego lo niega, obligando al gobierno local a devolver el inmueble a la situación en que se encontraba antes del otorgamiento de la licencia, respetando únicamente la estructura del inmueble.

 2016

El Supremo falla contra el recurso del Ayuntamiento

El alto tribunal insistió en su demolición. Ante esto, la comunidad de propietarios y el Ayuntamiento recurrieron en casación.

 2017

Providencia del TS

Ordena el derribo. No hay posibilidad de recurso.