Adioses en el mes de junio

La Voz

CARBALLO

LORENA MARTÍNEZ

El pulso de la Costa da Morte La quiosquera María Souto Rodríguez dice adiós tras veinte años atendiendo a los lectores de prensa de Agualada. En Cabana homenajearon a seis profesoras

30 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Ayer fue el último día en el que la quiosquera de Agualada distribuyó ejemplares de La Voz entre sus vecinos. Durante veinte años, María Souto Rodríguez se levantaba muy temprano para abrir las puertas de su quiosco en la plaza de la localidad. A pesar de haber nacido en Rioboo, en Cabana, María se siente integrada en la villa coristanquesa desde el primer día en el que abrió su negocio. Ayer reconocía que dejaba con pena su trabajo. Muchos vecinos se acercaron para desearle suerte en su nueva etapa y recordaban con ella episodios de la vida local. Dice que echará de menos a los niños que acudían a su establecimiento aunque, como recordaba, «xa non hai tantos pequenos como antes», y que extrañará el contacto diario con los lectores de Agualada que cada día compraban la prensa. También reconocía que en veinte años sufrió amarguras, sobre todo con los robos. «Xa perdín a conta. Este último ano roubáronme tres veces», aseguró. El alcalde de Cabana, José Muíño , ofreció ayer una recepción oficial a las profesoras Clotilde Barrio Fernández , Montserrat Aguilar Amigo , Olga Varela Aldao , María José Varela Barroso , Rocío Arcos Bouzas y Pilar Blanco Cancela . Las docentes impartían clase en el centro rural agrupado y en el colegio As Revoltas y ahora seguirán su camino educativo por otros derroteros. El salón de actos se quedó pequeño para homenajearlas y reconocer su labor y para dejar constancia de su paso por Cabana -ya han dejado huella en todos los pequeños a los que les han dado clase- firmaron en el libro de honor del Ayuntamiento y, de recuerdo, recibieron una reproducción del dolmen de Borneiro. Hay que ver cómo se lo montaron los jóvenes de la localidad vimiancesa de Bamiro. El pasado sábado quemaron una hoguera inmensa en la que se empleó la leña que transportó José María Mouzo Pérez en su tractor en 27 viajes. La celebración, a caballo entre el San Xoán y el San Pedro, se desarrolló en el campo de la fiesta de la localidad. El fuego comenzó a brillar a las once de la noche y la fiesta finalizó a las once de la mañana del día siguiente. Por allí estaban Alberto Pose Carril , David Suárez Solís , los hermanos Ángel, José y Ana Senande García , Marcos Espasandín Castiñeira y Cristina García González . Los jóvenes fueron precavidos y contaron con el apoyo de un tractor-cisterna, por si las moscas. Tampoco faltó el churrasco y el vino. La alegría llegó sola. A ver si toman buena nota de organización de fiestas los vecinos de Ponteceso. La asociación de empresarios de la localidad, que preside Joaquín Domínguez , ya tiene suficientes quebraderos de cabeza y se ve incapaz de organizar las Festas da Barquiña que se celebrarán a mediados de septiembre. Y para qué engañarnos, están cansados. Así que, si los vecinos de Ponteceso quieren fiesta, que colaboren. Eso es lo que busca la asociación de empresarios: colaboradores. Gente dispuesta a preservar las tradiciones del municipio. Y tiene razón, ya está bien de que siempre tengan que hacerlo todo los mismos.