Pitero y Renato, del parque de Burela a la selección sin cambiar de camiseta ni valores

Iván Díaz Rolle
IVÁN D. ROLLE BURELA / LA VOZ

BURELA

PEPA LOSADA

Pitero y Renato debutarán con España sub-23 tras un crecimiento meteórico que no sorprende a quienes lo siguieron de cerca en el Pescados Rubén

09 ene 2022 . Actualizado a las 22:10 h.

Marcaron sus primeros goles en el parque Rosalía de Castro, crecieron en la cantera del Pescados Rubén Burela y desde hace varias temporadas tienen un rol importante en la Primera División de fútbol sala. Renato Lopes Furtado (Santa Catarina, Cabo Verde, 1997) y Christian Rivas García (Burela, 1999), más conocido como Pitero, darán un paso más en su meteórico crecimiento el próximo sábado, cuando desafíen con la selección española sub-23 al combinado absoluto que participará en la Eurocopa.

La renuncia de Marruecos a disputar ese amistoso abrió la puerta a la formación de una Rojita donde a casi nadie le sorprende ver a las dos joyas burelistas. «Renato lo tiene todo. Por cómo acabó la temporada pasada, creí que iría con la absoluta al Mundial. Está a ese nivel. Y Pitero, si lo respetan las lesiones, también puede llegar. Es diferencial, y ya a los 16 lo llamó la sub-19», apunta otro canterano que, con 20 años, trata de hacerse hueco en el primer equipo del Burela, el portero Bruno García.

Para él y para muchos más futbolistas de la base naranja, el éxito de los flamantes internacionales es una inspiración: «Por edad, los veía en el parque, pero casi nunca jugaba con ellos. En el Burela solo coincidí un año con Pitero en juveniles, y con Renato nada, pero siempre apuntaron a lo grande. Pitero era físicamente superior, y también táctica y técnicamente, y Renato siempre fue un futbolista distinto. Verlos en el primer equipo es una motivación para los que venimos desde atrás, y además cuando estás con ellos te reciben muy bien. Somos una piña».

Un análisis con el que concuerda uno de los técnicos que más tiempo les dedicó durante su etapa de formación, Christian Gómez Fustes. «Ya jugando en el parque todo el mundo veía que tenían unas cualidades buenísimas, pero además son educados y responsables. Siempre fueron los capitanes de sus equipos. Y además maduraron, trabajaron mucho y siguen siendo humildes», subraya. 

Pitero, arropado por los técnicos Juanma Marrube y Christian Fustes en una convocatoria de la selección gallega en el 2017. Los acompañan Nito, Sofía y Edmilson
Pitero, arropado por los técnicos Juanma Marrube y Christian Fustes en una convocatoria de la selección gallega en el 2017. Los acompañan Nito, Sofía y Edmilson

Un parón por el fútbol

Y eso que el camino que siguieron no siempre fue recto. Pitero dejó el fútbol sala para militar un la Liga Gallega infantil de fútbol con el Viveiro, pero finalmente se decantó por el parqué. «Ya en benjamines apuntaba maneras, pero tuvo ese parón por el fútbol. Físicamente era superior y lo utilizábamos de cierre o también de pívot para ofrecer salida de balón. Luego en cadetes y juveniles terminó de explotar y ganamos varias copas y ligas gallegas», relata Fustes.

Solo en juveniles coincidió un curso con Renato, ya por entonces asomado al primer equipo. Hijo de marinero, llegó de Cabo Verde a Burela con un año y ocho meses y siempre se buscó la vida para disfrutar del fútbol sala. A los seis años se inició en Barreiros y llegó al Pescados Rubén en alevines: «Ya lo conocía de las selecciones de A Mariña y luego lo entrené en cadetes. Destacaba en todo desde el principio. Defendía, atacaba, entendía el juego, golpeaba con las dos piernas...».

Renato, con la selección infantil en el 2011
Renato, con la selección infantil en el 2011 XAIME RAMALLAL
 

«De sangre caliente»

Renato siempre ha mostrado una fuerte personalidad, que le llevó a probar de portero en una concentración con la selección de A Mariña porque le gustaba «hacer palomitas» y también le ha provocado algún enfado. «Los rivales lo conocían y lo picaban porque sabían que tiene sangre caliente. Trataban de sacarlo del partido, pero lo que conseguían era que se creciese y aún jugase mejor. Esa sangre caliente ha aprendido a controlarla porque al ritmo al que se juega en Primera, si te calientas, cada dos partidos estás en la grada. Ahora es mucho más maduro, le ayudó mucho la confianza que le dio Juanma», subraya Christian Fustes sobre un futbolista que debutó en Primera con 16 años, de la mano de Juanlu Alonso.

Si bien, el entrenador alfocense del Soliss Talavera, en Segunda División, da todo el mérito a «los chavales» y los entrenadores que guiaron su crecimiento: «Es un logro importante por el trabajo que ellos están haciendo para llegar y consolidarse como profesionales. Empezaron muy jóvenes y han tenido continuidad en cada entrenamiento. Y también avala el trabajo que hicieron los entrenadores de base en los últimos años en el Burela».

«Renato ya entrenó conmigo antes de que me retirase, cuando él aún era juvenil. Debutó cuando yo era el segundo y cuando me hice cargo del equipo ya era jugador sénior a todas las luces, igual que Pitero. Llegamos a un equipo que acababa de descender, pero supieron aprovechar la oportunidad para hacerse importantes. Cuando conocí la convocatoria de la selección sub-23, los llamé, es una satisfacción enorme y tienen mucho futuro por delante», destaca Juanma Marrube.

«Son el buque insignia, pero esta cantera ha criado a otros muchos buenos jugadores»

«Son el buque insignia, pero esta cantera ha criado a otros muchos buenos jugadores», coinciden Marrube y Fustes, que no quieren olvidarse de un sinfín de nombres propios que también han tenido protagonismo en selecciones españolas o en la élite del fútbol sala. En el pasado fueron Jandri, Xuxa o Brais García, y Iago Míguez tiene también un papel capital con el Pescados Rubén Burela en Primera. Este último en su momento fue reclamado por la selección sub-21 y tras el disfrutaron también de experiencias internacionales Luismi, Nito y Jorge Quelle, además del mencionado Pitero. Con O Parrulo en Segunda compiten Hélder, Domingos y Renatinho.