Cándido Iglesias es una de las caras visibles del lobby gallego en Cataluña.
01 feb 2011 . Actualizado a las 10:43 h.1 El empresario mosense Cándido Iglesias es una de las caras visibles del lobby gallego en Cataluña. Su restaurante Rías de Galicia es uno de los lugares de peregrinación obligados para los gastrónomos. Su nombre aparece con frecuencia en los medios. En las últimas semanas lo ha hecho junto al de Ferrán Adriá. Y es que hacen tan buenas migas que se han convertido en socios. Están a punto de abrir restaurante (uno más para ambos) en Barcelona. Tan a punto que la inauguración está prevista para el próximo día 13. Cándido Iglesias ejerció este fin de semana de impagable anfitrión de Nidia Arévalo. La alcaldesa de Mos fue una de sus invitadas a la gala del Gallego del Año en Cataluña, reconocimiento del que hace tiempo que puede presumir Iglesias. La buena relación de la regidora y el empresario se consolidó a raíz de ser nombrado Hijo Predilecto del municipio con ocasión del último Día de la Rosa. Tanto Nidia como las concejalas Julia Loureiro y Ana Rodríguez Cabaleiro tuvieron ocasión de visitar en primicia las instalaciones de la nueva apuesta empresarial del ya citado tándem ganador Iglesias-Adriá. Pero el verdadero motivo del viaje fue el homenaje que en el transcurso de la ya citada gala Gallego del Año en Cataluña se le hizo al Concello de Mos, que se materializó en la entrega de la insignia de oro de los hosteleros catalanes. «É un orgullo ter un embaixador do municipio como Cándido», dijo. Pues sí. 2 Ese año la fiesta de las Letras estuvo dedicada a Xosé María Álvarez Blázquez. La Real Academia Galega recogió en un boletín (el número 369) todas las intervenciones, tanto orales como escritas, que se presentaron al congreso celebrado en Tui (ciudad natal del autor) a propósito de aquella celebración. Con la misma académica solemnidad se presentará también en Tui dicha publicación. Será a las 20 horas, en el edificio Área Panorámica. El acto, que presidirá Méndez Ferrín, contará con la presencia, entre otros, de Xosé María Álvarez Caccamo, hijo del homenajeado, y del bibliotecario tudense Sánchez Bargiela. 3 La convocatoria no posía ser más atractiva. Francisco Rodríguez decidió organizar en su casa (pazo Los Escudos) una degustación de los diez vinos gallegos (y un aguardiente) que este año han copado todos los premios. La degustación incluía el correspondiente maridaje culinario. En la cocina se esmeraron para estar a la altura de los vinos. Lo hicieron a base de falsas aceitunas de queso de cabra, arroz con bogavante, lomo de cordero con salsa de vino y miel... Gracias a los hermanos Fernández (Tomás y Milton) la noche tuvo una parte inesperada y muy didáctica con la complicidad de un experto en copas. Según la composición del cristal, el sabor del vino que en ella se sirva nos invitará a repetir o a no pasar del primer sorbo. Parecía magia, pero no.