En el año 2001, la asociación de empresarios de Pontevedra le brindó la oportunidad a un afortunado de convertirse en «millonario por un día». La fiebre del consumo tomó la capital antes de conocerse el Black Friday
El Black Friday era entonces solo un lejano eco del consumismo anglosajón, pero en aquel noviembre del 85 parecía que nuestras rebajas de enero habían llegado antes de tiempo. «Compre ahora y ahorre sorpresas», rezaban algunos anuncios en la Voz, aludiendo al nuevo impuesto a la vuelta de la esquina que se asomaba también a la cultura popular. El año acabaría con Concha Velasco entonando ¡Que viva el IVA!» en la gala de Nochevieja.