Fátima Branco, nutricionista: «¿Cómo no vas a poder comer huevos fritos en una dieta para adelgazar?»
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Les recomienda a sus pacientes que no cuenten que están a dieta para adelgazar, sino que digan que tienen alto el colesterol o la glucosa. «Si dices que estás a dieta, piensan que el fin es estético y no te respetan, pero si es una cuestión de salud, entonces sí», dice
31 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Enero es un mes de buenas y malas noticias en las consultas de los nutricionistas. Implica buenos propósitos, lo que lleva a muchas personas a comenzar una vida saludable, pero también es probable que, aunque te cuides, entres en él con algún kilo de más. «Los excesos navideños se pierden rápido», explica la licenciada en Farmacia y dietista-nutricionista Fátima Branco, que insiste en que no hay fórmulas mágicas, sino tres claves que introducir en nuestro día a día para deshacernos de ellos.
—Dices que enero es el mes en el que los nutricionistas os sentís frustrados.
—Sí. Tú haces tu trabajo y quieres ver resultados y, realmente, en la mayoría de las ocasiones la gente viene con más peso.
—Son días en los que resulta complicado cuidarse...
—Es imposible, bueno imposible no hay nada en la vida, pero por mucho que quieras cuidarte las ingestas del 24, 25, 31 de diciembre, 1 de enero... son cinco o seis veces más en cantidad de lo que solemos cenar cualquier día. Salvo que no comamos el resto de los días de la semana, y no lo vamos a hacer…
—¿Tus pacientes llegan de las fiestas con kilos de más?
—Depende. La gente nueva que empieza antes de Navidad, como cambian hábitos que no eran nada saludables, aunque esos días se pasen, pierden peso.
—¿Y los que ya llevan tiempo contigo?
—Normalmente vienen con más peso. O te mantienes o ganas un poquito, sobre todo de grasa.
—¿Son excesos que se pierden rápido?.
—Sí, sí, y cuanto antes lo hagas, mejor.
—¿Qué trucos les das para eliminar estos excesos navideños cuanto antes?
—Lo más fácil es quitar el azúcar y reducir mucho o eliminar los carbohidratos.
—Y con eso, ¿en cuánto tiempo podemos estar en el peso de antes de Navidad?
—En dos semanas haciéndolo bien. Depende de lo que hayas ganado, pero si es poquito, un kilo de grasa, en dos semanas está fuera.
—¿Cuánto se suele engordar de media por estas fechas?
—Los que vienen a la nutricionista poco… Si tienes consulta en enero, no te dejas llevar tanto. Evidentemente, los días que te reúnes con la familia comes, pero si vas a la nutricionista, te cuidas, porque estás pendiente. El que no va, puede llegar a ganar una media de cinco kilos, pero yo no veo a nadie que me venga con cinco kilos.
—¿Enero es el mes en el que más gente empieza a cuidarse?
—Sí, es el mes de los buenos propósitos.
—Para llegar bien al verano, ¿hay que empezar ahora?
—Claro, todo depende de lo que te quieras quitar. Si son dos kilos con que empieces en junio es suficiente, pero si tienes 10-15-20 kilos por encima, en un mes no se puede.
—¿Qué habría que hacer? ¿Sería suficiente con cuidarse por la semana y abrir la mano el fin de semana?
—Si tu fin de semana va de viernes por la tarde a domingo por la tarde no nos vale para perder peso. Para un mantenimiento perfecto, con cuidarse de lunes a viernes y el fin de semana relajarse un poco, sí, pero para bajar no se puede dejar todo el fin de semana.
—¿Cómo sería?
—Yo permito una comida o una cena libre el fin de semana porque estamos empezando.
—Y volvemos a lo mismo: quitar azúcar, reducir hidratos y comer vegetales.
—Sí, comer muchas verduras y más pescado que carne.
—Escribiste en Instagram que una de tus pacientes no contaba con el apoyo de su marido, que este le dijo que la iba a mandar al psicólogo en vez de al nutricionista. ¿Te hizo reflexionar sobre la opinión que se tiene de vosotros?
—Sí, no me sorprendió cuando me lo contó porque yo sé que es así, que la gente boicotea las dietas ajenas o las ganas de cambiar… «Bueno, mujer, esto no te hace daño», «esto es casero, por un poquito de bizcocho...» se escucha mucho, pero de eso de que ir a la nutricionista es como quien se va a poner unas mechas y vas a estar divina de la muerte… Me pregunto: «¿Cómo nos ven?».
—¿Como algo estético?
—Claro, no como: «Mira, es que tu mujer (en este caso concreto) vino a mejorar toda su analítica de sangre, porque la tiene mal, su calidad de vida, va a respirar mejor, a moverse mejor…». No es porque a ti te guste que esté más o menos gordita, porque al fin y al cabo, habrá a quien le gusté que esté más delgada, más gorda, más rubia, más pelirroja… No lo estaba viendo como un tema de salud, sino de estética.
—Porque hay gente que no considera el sobrepeso una enfermedad, y es un factor de riesgo para muchísimos.
—Para todas, incluso para el covid se ha visto que a quien más se ha llevado por delante es a gente con obesidad. Sin embargo, aún sigue eso de «¡Mira qué delgado está, tiene anemia!», y todo lo contrario, hay gente delgada que está perfecta, y gente obesa con anemia porque lo que consume no tiene calidad nutricional.
—Eso te ha llevado a recomendarles a tus pacientes que no cuenten que están a dieta de adelgazamiento.
—Claro, porque hay mucha gente que no lo entiende.
—¿Y qué les propones?
—Que digan que tienen el colesterol alto o la glucosa, porque entonces todo el mundo te respeta. En realidad, no están mintiendo, no digo todo el mundo porque hay gente con sobrepeso que tiene bien los niveles, pero normalmente va unido a una analítica de sangre mala. Pero si dices que estás a dieta, piensan que es un fin estético, no te respetan, pero si es un problema de salud, que te ha mandado el médico, sí. De hecho, a raíz de esa publicación de Instagram, me escribieron pacientes que tuve hace tiempo y me dijeron que era completamente cierto. No te respetan a no ser que digas que estás enfermo. Respetan a un celíaco, a un intolerante a la lactosa… Pero si dices: «Estoy a dieta». Te dicen: «Uf, capricho, operación bikini».
—¿Qué te parece esa expresión?
—Hay mucha frivolidad, pero de eso también tenemos mucha culpa los nutricionistas. «A ver, venga, que empieza la operación bikini, hay que estar divina…»
—El término está en declive, pero no podemos negar que hay una realidad que nos importa…
—Exactamente, llega el verano y queremos vernos bien. Yo cuando en mayo o junio me voy a comprar el bikini, quiero verme bien. Cuando acudes a un nutricionista por un tema de salud acaba repercutiendo en tu estética, y te pones contento, y cuando vas por un tema solo de estética, acaba repercutiendo en tu salud, porque ya no es solo que te veas mejor, que te aprieten menos los pantalones, sino que dices: «Qué bien subo las escaleras, hago mucho mejor el ejercicio físico, respiro mejor…». Va todo unido.
—A los nutricionistas el término «adelgazar» no os gusta mucho...
—No. Es más correcto perder grasa, adquirir unos hábitos saludables que no sean temporales, sino mantenidos en el tiempo.
—Pero es tan respetable el que quiere perder grasa por salud como por estética, ¿no?
—Efectivamente, pero como va unido a mí no me importa que me diga: «Es que quiero entrar en la talla 36». Me parece perfecto, porque sé que va a mejorar su salud aunque vaya buscando un fin estético. Entonces, ¿por qué muchas veces jugamos con el gancho de la operación bikini? Porque sabes que le estás haciendo bien no solo estéticamente, a pesar de que el término no sea el adecuado. Quieres verte guapo, perfecto, yo sé que va relacionado con una mejora de tu salud.
—¿A tus pacientes, qué les lleva hasta ti: la salud o la estética?
—Yo creo que 50-50. Hay gente que se encuentra mal de verdad, yo los veo en la consulta cuando les digo: «Hay que quitar el calzado», les puede llevar diez minutos. Eso ya no es estética, es que estás impedido realmente. Pero también me encuentro con gente de más de 80 años que es por estética. Qué maravilla, tener esa edad y querer verse guapa…
—Volviendo a las dietas de adelgazamiento. ¿Tienen cabida un par de huevos fritos?
—Sí, ¿cómo no te vas a poder comer un huevo frito? Entonces apaga y vámonos. Lo que no puedo es comer frito todos los días, pero dentro de mi plan de adelgazamiento para perder grasa, que un día coma unos huevos fritos... ¡Qué problema hay! No absorben tanto aceite, los echas y se hacen al momento.
—Tenemos asociada la idea de adelgazar a vapor, hervido o plancha.
—Sí, exacto, de hecho subí esa publicación porque me lo pidió una paciente, me dijo: «¿Puedes hacer algo de que podemos comer huevos fritos? Porque mis amigas no lo entienden». Y esa chica adelgazó 7 kilos y come huevos fritos. No todos los días, pero sí de vez en cuando. Si has desayunado bien, comes bien, meriendas bien, tienes una vida activa... ¿Cómo no vas a poder comer unos huevos fritos?