Estos son los mejores escaparates navideños de Galicia

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Oscar Vázquez

Son una ventana abierta a la ilusión. No importa si eres niño o adulto. Sucumbirás a estas vidrieras de cuento. Abre los ojos y la mente y acercáte a las tiendas con más encanto en estas fechas. Elige tu escaparate favorito y sueña. Es gratis

17 dic 2019 . Actualizado a las 10:49 h.

Un niño se asoma al escaparate de su juguetería favorita. Y allí se queda embobado. Mirando a través del cristal de la ilusión, una ventana que se abre a sus deseos más íntimos. No mide el tiempo que se queda contemplando lo que hay más allá del vidrio. Pueden ser dos, tres, veinte o treinta minutos sin pestañear. Escudriñando cada uno de los rincones del expositor de artículos. Así, todos los días. Desde que el tendero decidió vestir su tienda de Navidad. Sobre ese ventanal ha elaborado su carta a los Reyes. Y elucubra por qué juguete se decantarán sus majestades para llevárselo a su casa. A doscientos metros, una mujer también se detiene en otro escaparate. No le dedica tanto tiempo, pero realiza el mismo ejercicio interior que el pequeño. También se detiene por gusto. Porque le entretiene admirar lo bello y el trabajo que hay detrás.

Una labor creativa, de gran tradición y de mucho oficio. Sobre todo, de aquellas tiendas que mantienen todavía la personalidad en esta vorágine anónima de las grandes superficies comerciales. En ellos ponemos el foco, en los tenderos de toda la vida y, sobre todo, en sus escaparates de Navidad, los guardianes de la ilusión de muchas generaciones.

Oscar Vázquez

PAISAJES Y CARRUSELES

La tienda de regalos Pipa & Mima, enclavada en el número 27 de la calle Velázquez Moreno, a escasos metros de la calle del Príncipe, ha exhibido este año un colorido escaparate en tonos rojos y verdes. Un gancho visual para los clientes que miran asombrados los pueblecitos con paisajes nevados en miniatura. El público se pega a los cristales para ver cómo se mueven las norias y los carruseles de juguete y se iluminan las luces de las tiendas, puestos callejeros, cabañas con árboles de Navidad, túneles de tren o un Papá Noel en trineo. Destacan los grandes buzones de cartas para Santa Claus con lemas en inglés como Letters to Santa o Xmas. Triunfan muñecos de El Cascanueces y el rey de los ratones, el cuento de hadas de Ernst Hoffmann adaptado por Alejandro Dumas, del que Chaikovski compuso un ballet. Ahora, este muñeco, con aspecto de militar engalanado del siglo XIX, se ha convertido en un regalo estrella. Además de decorativo, uno de los dueños de Pipa & Mima, Íñigo Andonegui, muestra el truco: tira de una palanca y la boca del muñeco de madera se abre. Solo resta introducir una nuez. «La mayoría de los productos que tenemos son de importación, han venido de Holanda, Inglaterra o Francia. Este año quisimos otra vez reivindicar lo que para nosotros es la Navidad, que es el color rojo y verde y nos centramos en eso. Este año lo que la gente ha querido es volver a la Navidad tradicional. Hace años primaban otros colores como los blancos o dorados, o alternativas como el rosa o el negro. Al volver al rojo y verde, uno puede reutilizar adornos que ya tenía e incorporarles los nuevos», dice Andonegui, que regenta la tienda junto con su esposa Patricia Castro.

El comerciante vigués añade que desde hace tres años se lleva el tema de los Cascanueces y, este año, en Vigo, con las fiestas y el alumbrado, ha tenido éxito todo lo relacionado con las norias y la nieve artificial, que vende en botes de espray. «Cuando viajamos aprovechamos para ver las tendencias en ferias internacionales, un poco lo que tienen los proveedores habituales o los catálogos y lo que reclaman las redes sociales», dice. Muchos clientes eligen también pequeños adornos relacionados con la nieve como un par de esquís, patines o esquiadoras.

ANGEL MANSO

JUGUETES CON SOLERA

Pestoni, en A Coruña, es una juguetería con solera. Lleva 45 años alimentando las ilusiones de los más pequeños. Famosos son sus escaparates de Navidad donde triunfan las casas victorianas de madera y todo tipo de mobiliario en miniatura, desde alfombras hasta dormitorios completos o incluso vajillas y la instalación eléctrica. No faltan tampoco las tradicionales bolas de nieve con música y los carruseles. En Pestoni resulta casi imposible no quedarte atrapado por el encanto que se refleja a través de la vidriera. En este festival de juguetes navideños no faltan las muñecas y los conocidos reborn con sus múltiples accesorios. Eva Pestoni y su hermana Cristina son la segunda generación al frente de este negocio.

Fue su madre quien abrió las puertas de esta emblemática tienda coruñesa hace 45 años. Y ya entonces visitaba ferias en Núremberg (Alemania) o en Milán (Italia) para comprar los artículos más originales. Una tradición que siguen manteniendo sus hijas: «En cuanto pasa Halloween, a primeros de noviembre, ya ponemos el escaparate de Navidad. Tardamos dos días a lo mejor en colocarlo porque tratamos de ver un poco lo que tenemos y de crear ambientes en función de los tonos. Mucha gente nos identifica con una boutique del juguete y esa es un poco la idea que tratamos de transmitir en el escaparate. También huimos de los juguetes de plástico y optamos por los de madera, que son mucho más cálidos», afirma Eva, que también recuerda que todavía hoy su madre se pasa por la tienda para hacer recomendaciones: «Le gusta opinar», dice bromista mientras reconoce que a sus clientes les encanta manipular todos los juguetes expuestos: «La gente quiere ver las cosas colocadas, poder tocarlas y, sobre todo, asesorarles bien. Hay clientes que entran solo para decirnos que éxito han tenido al regalar uno de nuestros artículos. Y eso nos encanta. También, que algunos padres entren en la tienda con sus hijos y ver cómo les cuentan que ellos cuando eran niños también venían con sus padres», asegura.

MIGUEL VILLAR

EL ESCAPARATE DE BARRIO

En la Farmacia Martínez de Paz el duendecillo navideño tiene nombre y apellidos. Se trata de la propia jefa del negocio, María Luisa Vázquez González. Ella es una apasionada de la Navidad, un sentimiento que, con el paso de los años, ha conseguido transmitir a sus compañeros, y no solo eso, sino que además lo ha contagiado a los vecinos de la zona donde se encuentra su farmacia, en el ourensano barrio de O Couto. Todo gracias a escaparates plagados de luz, de adornos y de tradición, pero también de imaginación, de historias y de un sinfín de muñequitos hechos a mano.

«Cada año vamos más allá e intentamos superarnos. Los vecinos han adoptado nuestros escaparates como una tradición más de la Navidad y nos ayudan mucho. Vienen a menudo a proponernos ideas y colaboran con distintos materiales o manualidades que ellos mismos realizan, por eso nos encanta sorprenderles», dice Rosa Páez López, farmacéutica de Martínez de Paz y auténtica artista. Esta vez ha sido ella la encargada de crear el escaparate navideño de la farmacia que ya puede disfrutarse: «Es un pueblecito inspirado en Cudillero, en Asturias, pero vestido para la época que nos interesa. Es rústico, tiene un montón de niños, de familias... y hasta un tiovivo». Y sin duda llama la atención. Luces, movimiento, paisaje nevado y manualidades. «Trabajamos mucho para hacer los muñecos y las casas que necesitamos», añade. De hecho, afirma que cuando quitan el de un año ya empiezan a pensar ideas para el siguiente.

En la esquina de la calle Francisco de Moure se paran a diario durante el mes de diciembre un montón de niños y de mayores que no quieren perder la oportunidad de sacarse una foto con la representación navideña de producción casera. El resultado es transmitir el valor de la Navidad, unir a la gente y convertirse en el escaparate que representa al barrio -el mejor de la ciudad ya lo fue en el 2017-. «Todos, el equipo de la farmacia y los vecinos, ponemos muchísima ilusión y cariño y eso al final se nota», finaliza Rosa.

XAIME RAMALLAL

EN VIVEIRO, DOS ATRACTIVOS

Coincide que Jesús Atadell, el artífice del impresionante escaparate navideño de El Chipe en Viveiro, establecimiento dedicado a la decoración, es a su vez uno de los creadores del belén más grande de Galicia. En la tienda, que lleva con otros socios (José Manuel Blanco e Ivo Fernández), esa visión a lo grande se extiende como las ramas de un árbol. Impresiona nada más entrar al comercio el de más de tres metros y medio de alto, pero no menos nacimientos, luces, figuritas... miles de detalles que llegan de una distribuidora italiana y atraen a clientes y curiosos Navidad tras Navidad. El Chipe, de alguna forma, marca aquí ese inicio festivo, fruto del gusto y la dedicación: «Dende o verán xa non repoñemos moito do que se vende do escaparate para deixar sitio e poder expoñer todo sen ter que traballar dúas veces; se non teríamos que mover todo. Temos 150 metros cadrados de Nadal e optimizados».

«Ao ser escaparatista toda a vida tamén traballo ese tipo de produto con máis soltura que outra xente, porque controlas a iluminación, os tamaños, traballar en diferentes cores e varios estilos de Nadal. Aquí hai o Nadal americano, o nórdico, o europeo sen ser tan nórdico como é o noso cos beléns... Cada lugar ten unha tendencia», añade. «Vén moita xente a velo. Levamos anos facéndoo e responden; ata chaman por teléfono. É algo que disfruta a xente miúda e os que non son tan miúdos. Cobre moito as expectativas de moita xente», finaliza Jesús Atadell.

ANA GARCIA

UN TALLER DE ILUSIONES

En este viaje por los escaparates de Galicia no puede faltar Atelier Carballo, un auténtico taller de ilusiones. Una rama de Navidad, con nieve artificial de fondo, se abre una ventana donde se ve un antiguo taller de costura: «Era una idea que llevaba tiempo rondándonos en la cabeza. Y es un homenaje a todas esas mujeres que con sus manos y dedicándole muchas horas, hacen posible que nosotras podamos vestir a nuestras clientas como lo que son, unas reinas», dice Sonia Castro, que reconoce que tanto ella como su socia,Vanesa Cabeza, le ponen mucho empeño en todos los escaparates: «Nos puede la ilusión, pero también hay que reconocer que sin Estefan, el marido de Vanesa, nada sería posible porque es un manitas y nos ayuda muchísimo», asegura Sonia que reconoce que tardan más de dos meses en montar cada escaparate de Navidad: «Lo hacemos en los ratos libres. El año pasado hicimos un carrusel y el anterior un ángel hecho a mano. También fue muy espectacular», concluye esta empresaria.