Una chica de Vilalba, la más elegante

YES

22 ene 2020 . Actualizado a las 16:15 h.

A unos días de la feira del capón les presento a una vecina de Vilalba de 20 años. «Ya no falta nada. Hombre claro, a qué vilalbesa no le gusta», responde Beatriz Balseiro Cendán cuando le pregunto si le resulta apetitoso el producto típico de la Navidad da Terra Chá. Les hablo de ella porque acaba de ganar la banda de Miss Elegancia en el certamen de belleza denominado Supranational, que se celebró en Polonia. «Entre 65 países este premio no está mal. No sé si soy la más elegante, pero si tengo la banda será por algo», comenta con simpatía esta joven estudiante del grado de Diseño de Interiores en la Escuela Pablo Picasso de A Coruña.

JUGADORA DE AJEDREZ

«Fue una buena experiencia. Me seleccionaron en un cásting on-line convocado por Úrsula Torres, delegada en Galicia de este certamen. Fui a Madrid y gané el título que me dio acceso a la prueba internacional», relata. Esta semana regresó a las aulas tras casi un mes sobre la pasarelas. «Tengo que recuperar el ritmo. Tengo claro cuál es mi carrera y que lo de modelo es un hobby», reconoce con firmeza. Me cuenta que otra de sus aficiones es el ajedrez. «Busco algún contrincante bueno. Si quieres probar te puedo machacar», reta sonriente esta chica de Vilalba convertida en la joven más elegante. Es lucense, estudia en A Coruña y posa con la ría de Vigo al fondo. Una gallega total. Supranational.

EN CASA DE ROSALÍA

Hacía tiempo que me apetecía visitar con calma la Casa-Museo Rosalía de Castro de Padrón. Leí dos o tres comentarios críticos en alguna red social (ahí todo vale) que no acabo de entender tras pasar un buen rato en la Casa da Matanza. Es un espacio cuidado y te permite hacerte una idea de la vida y la importancia de la obra de esta mujer símbolo de Galicia. La ventana donde le gustaba escribir, la antigua cocina, su familia, algún audiovisual de nivel, un recorrido por sus obras, y un largo etcétera de detalles. Y todo por tan solo 2 euros por persona. Merece la pena la escapada. Aproveché la cercanía para ir al santuario-seminario-convento de San Antonio de Herbón. Un fraile con dos ayudantes se afanaban en montar un enorme nacimiento. «Tardaremos dos o tres días», comenta uno con buen humor a pesar del poco reconocido trabajo que les queda por delante. Hay un cartel que indica que hasta primavera está cerrado el albergue. Abrirá en el tiempo de los pimientos típicos de esta localidad, aunque siempre es Padrón quien se lleva la fama. Da cierta tristeza, aunque no tiene solución, ver los invernaderos vacíos o llenos de maleza a la espera de que empiece la temporada. Los pimientos de Padrón son, como el capón de la tierra de la chica más elegante, productos que sitúan a Galicia en el mapa. Como Rosalía de Castro, su casa, y su obra.