¿Qué tiene este gin tonic para ser más caro?

Noelia Silvosa / Tania Taboada

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MARCOS MÍGUEZ

MÁS QUE UNA COPA Aquí no pagas un gin tonic. Para nada. Lo que tienes en carta es una experiencia en la que entran más sentidos que el gusto. ¿Quieres vistas y un buen servicio? ¿Y qué tal si te dan un masaje en manos y pies? Estos son algunos de los pluses que explican que el precio suba. Y se entiende.

02 jul 2016 . Actualizado a las 09:49 h.

En esta cuenta va a ir algo más que el gin tonic, claro que sí. Esta semana te llevamos por esos sitios en los que la consumición no es lo de menos, pero casi. ¿O es lo mismo tomártela en una copa de balón que en un vaso de tubo? Va a ser que no. ¿Y hacerlo sentado en un taburete es equivalente a reposar sobre un sofá con vistas al mar? Pues tampoco. Esta vez te llevamos de recorrido por esos locales en los que la copa cuesta un poco más o, mejor dicho, en donde pagas por más cosas. Que sí, que sí. Empezamos por A Coruña. Desembarcamos en el Hotel Hesperia Finisterre y nos encontramos con una terraza de esas que atrapan. Mobiliario blanco, cristalera para parar el viento y sol, mucho sol. A la vista, la inmensidad del océano. Y pedimos el gin tonic.

MARCOS MÍGUEZ

Vamos a aclarar que pedimos el mismo en todos los locales de este recorrido: un Tanqueray, para ser ecuánimes y no ponernos demasiado sibaritas. Así empieza la experiencia, que cuesta de ocho a once euros dependiendo de si se consume el genérico o el Ten. Rafa Benito, el director del hotel, explica como nadie por qué nos cobran eso. «Indudablemente, nos encontramos en un lugar emblemático, con vistas privilegiadas al mar y a las instalaciones deportivas de La Solana, lo que transporta a un clima un poco más selecto. La terraza es además terraza de verdad, completamente al aire libre», cuenta Benito, que añade que «la música en vivo del verano es también algo distinto, igual que la oferta culinaria, que permite que estés con un gin tonic a las ocho de la tarde y continúes con una cena. Además, las copas van acompañadas de aperitivos variados con frutos secos de calidad u otros más innovadores y tapas frías o calientes saladas y dulces». Pero ojo, que la propia copa puede marcar también la diferencia. «Son de cristal de calidad, igual que el hielo. Los cubitos tienen que enfriar sin aguar la copa», señala. El personal es, como no podía ser de otra forma, otra de esas cosas que pueden hacer que el gin tonic le sepa a uno incluso mejor. «Tenemos una selección de personal formado, además de dos barman sensacionales y un metre con estrella Michelin», apunta el director. Michelin o no, un gin tonic allí sabe a gloria.

 A TODO RELAX

Llegados a este punto, ¿qué más se puede pedir para acompañar un gin tonic? Pues un masaje. Que no, que no es broma. Vete a la zona premium del Marine Cíes, en la playa de Samil, y compruébalo. Allí un Tanqueray en la terraza cuesta entre siete y diez euros, y obviamente es por algo. Para empezar, por las vistas a la playa. Porque este local está casi a pie de arena, con terraza alta y zona premium aparte. Además, en verano cuentan con una barra individual solo para coctelería, uno de sus puntos fuertes por excelencia. Pero volvamos a esa zona cool. Allí encontrarás camas balinesas para tomar el sol mientras saboreas tu gin tonic, e incluso te prestan toalla si el plan te pilla de imprevisto. Si reservas con antelación o llegas y no la pillas ocupada, tendrás además una masajista a tu entera disposición. Ayer mismo empezaron con el servicio en el que es ya su segundo año consecutivo con él en funcionamiento, y cuentan que no les va nada mal.

XOAN CARLOS GIL

Ángel, jefe de cocina, explica que en realidad tienen masajista todo el año, pero que es en verano cuando optan por sacar este servicio al aire libre por un suplemento de entre cuatro y cinco euros. «Se trata de un masaje en manos y pies que está direccionado a la copa y que se puede contratar previa reserva, aunque si llegas y hay hueco también puedes disfrutarlo», indica el hostelero, que asegura que lo pide todo tipo de clientela: «Lo quieren hombres y mujeres por igual, y lo que nos ha llamado la atención el verano pasado es que también lo pidieron muchos niños y niñas de entre catorce y quince años que vinieron a celebrar sus cumples». ¡Quién va a decir que no!

 EMPAPÁNDOSE DE CULTURA

Disfrutar de un gin tonic rodeado de cultura y arte es otra opción. Una alternativa muy apetecible sobre todo para los amantes de esta materia y que es posible, por ejemplo, en la zona sur de la provincia de Lugo. La ofrece el Parador de Monforte de Lemos y, según los trabajadores del establecimiento, todo aquel visitante que prueba suele repetir. Diez euros cuesta este digestivo, pero hay que tener en cuenta el lugar privilegiado en el que se saborea, su preparación y su presentación. «El visitante puede tomarse un gin tonic en el claustro benedictino del monumento y con unas vistas increíbles a la Torre del Homenaje. A pocos metros, podrá ver toda la villa de Lemos», relata el máximo responsable del Parador.

ALBERTO LÓPEZ

El monumento, situado además en la colina de San Vicente, dispone de varias ginebras para elaborar este combinado. Todas se sirven al mismo precio. «Se combina el licor con el refresco que desee el cliente y se añaden frutas de varios tipos para darle esos toques agrios o dulces», explica uno de los camareros especialistas en elaborar este combinado, quien añade que la lima es la fruta más deseada. Obviamente, el colorido que le da a la copa hace que sea muy apetecible y agradable a la vista. «Es un auténtico lujo disfrutar en este lugar con un gin tonic en la mano. Además de que está riquísimo, es muy fresquito y oportuno después de un día de caminata por los alrededores del Lemos», explica uno de los miembros de esta pandilla de amigos.

Diez euros por el placer de saborear una copa que está de moda en un entorno lleno de historia, arte y que combina momentos de relax, alegría y mucha cultura.