El Jack Sparrow vigués se casa tras quitarse la peluca y el gorro en Vigo

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Los agentes de seguridad de los juzgados permitieron el acceso a los novios Berto y María tras despojarse de la indumentaria de pirata y recitar de memoria los números de su DNI para identificarse plenamente

28 may 2021 . Actualizado a las 00:38 h.

Los vigueses Berto y María pasaron el control de seguridad de los juzgados de Vigo tras quitarse parte del disfraz del capitán pirata Jack Sparrow como la peluca, la gorra y los objetos metálicos. Berto también tuvo que recitar de memoria ante los guardias su número de DNI para corroborar su identidad. De esta forma, los guardias civiles les dejaron acceder a la sala de bodas para celebrar su unión civil, donde entraron a las 12.30 horas. Era la segunda vez que lo intentaban después de que el 23 de abril no les permitiesen el acceso a la sala de bodas por ir él disfrazado de pirata. Les acompañaron como testigos sus dos hijos pequeños y una madrina, vestida con el traje gallego al igual que María. También estuvo presente su abogada en las inmediaciones. 

María y Berto lamentaban a la entrada que «la ilusión de la boda era la del primer día, el golpe no nos lo van a quitar». Insistieron en que «no hay ninguna ley que nos impida casarnos disfrazados». Una decena de televisiones y de reporteros de prensa cubrieron el evento desde el exterior, ya que la entrada al edificio estuvo prohibida a los medios de comunicación.

La pareja entró en directo en una televisión y charlaron con Boris Izaguirre 20 minutos antes de entrar en la boda. «No sé por qué no me dejan pintar los ojos porque Miguel Bosé se los pinta todos los días y nadie les dice nada», dijo Berto. 

La encargada de la ceremonia fue la misma jueza del Registro Civil de Vigo a la que la pareja se querelló por no casarlos. Antes de entrar, Berto tuvo que mostrar su DNI y recitar en alto y de memoria su número del carné. A la salida, mostraron su libro de familia y se besaron ante una lluvia de arroz que lanzaban sus allegados mientas un gaiteiro tocaba una melodía. María dijo que se sintió más nerviosa cuando la jueza leía las leyes para casarse que antes, «a causa de la incertidumbre por no saber si nos iban a casar o no». Berto, que se considera un pirata disidente, dijo que el ciudadano que da pataletas ha de reclamar y luchar cuando surjan estas situaciones que ven injustas.

La encargada de la ceremonia fue la misma jueza del Registro Civil de Vigo que prohibió el acceso hace un mes a la pareja y contra la que estos se han querellado. Esta vez, la jurista accedió a casarlos porque iban descubiertos y sin atuendos de corsario. La denuncia ha causado malestar en el tribunal y la sala considera que la boda aún no tiene un final feliz completo porque quedan flecos por solventar como la querella criminal que los novios presentaron contra la magistrada, denuncia que sigue activa. A la sala no le gustaría entrar en un juego de querellas.

La historia de esta pareja se hizo pública inicialmente por el carácter solidario que tenía, ya que ambos decidieron solicitar que los regalos de boda se convirtieran en donaciones para varias causas que apoyan. Posteriormente, saltaron a la fama porque su enlace se festejaba con disfraces y no recibieron la autorización para poder sellar su amor así vestidos.