Gondomar valla el edificio histórico Villa Brasil por riesgo de derrumbe

Monica Torres
mónica torres GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

cedida

El Concello busca a los herederos de Faustino Álvarez para comprarlo y crear un vivero de empresas con Zona Franca

02 ene 2021 . Actualizado a las 21:50 h.

La caída de cascotes de la fachada sobre la vía pública y la amenaza de derrumbe de las imponentes galerías y balcones de Villa Brasil han obligado al Concello de Gondomar a intervenir en esta propiedad privada. El alcalde, Francisco Ferreira, indicó que la búsqueda para localizar a sus propietarios ha sido, de momento, infructuosa, por lo que el gobierno local ha actuado por vía forzosa «ante el inminente riesgo para terceros».

Hace ya semanas que tuvieron que acordonar un tramo de acera por la caída de cristales y algunos cascotes y la barandilla de forja amenaza también con descolgarse. «Los propietarios son los herederos de Faustino Álvarez Álvarez y, aunque estamos cada vez más cerca de localizarlos, hasta ahora no se pudo y la intervención era urgente por motivos obvios de seguridad», señaló el alcalde. Advierte que los gastos se repercutirán sobre los legítimos dueños de esta imponente casa indiana del siglo XIX que el Concello pretende desde hace más de veinte años.

«Se ha colocado una red por toda la fachada para contener los posibles derrumbes sobre la vía pública», informó el regidor. También hay que actuar de urgencia sobre una de las joyas del jardín de la propiedad ya que es un majestuoso magnolio centenario el que está tirando parte de la galería del inmueble. «Hemos de hacer una pequeña poda porque el magnolio invade la vía pública hasta el punto que cruza la carretera y toca ya otros edificios», indica Ferreira. Pero también hay impacto bajo tierra. «Uno de los muros está cediendo por la presión que ejercen las raíces del árbol, así que, siempre cumpliendo con toda la legislación en vigor para este tipo de bienes, se acometerán medidas para preservar la integridad de las personas», insiste.

Ferreira considera que puede ser el momento de conseguir incorporar al inventario municipal la propiedad, que ya intentaron comprar gobiernos anteriores sin llegar a cuajar un acuerdo entre las partes. El interés por recuperar para el pueblo joyas arquitectónicas de la villa que llegan al siglo XXI en estado de emergencia pasa por que puedan albergar servicios y proyectos de interés general. No hace ni un mes que el Concello se hizo con la Casa Peralba, otro monumental inmueble del siglo XIX con un recinto de 5.000 metros cuadrados en pleno centro. El gobierno local prevé reabrirla como centro social y lúdico para personas mayores, sin descartar la creación de un posible museo etnográfico.

También hay planes para Villa Brasil. «Está en un punto estratégico, entre el centro y el polígono de A Pasaxe, en el que Zona Franca va a invertir ahora casi 30 millones. Considero que también ha de participar de la reconversión de esta propiedad, si se compra, como semillero de empresas vinculado al parque empresarial», avanza Ferreira. Apuesta por un espacio coworking, un tipo de oficinas en las que varias personas con diferentes ocupaciones laborales comparten espacio de trabajo y cuya demanda se ha disparado desde la vuelta del confinamiento. «Me gustaría que Zona Franca también tuviera un sitio en este proyecto que sería algo similar al vivero de empresas de la Torre del Reloj de Baiona», apunta el regidor. Su proyección incluye la puesta en valor del jardín, «con un gran valor botánico ya que hay distintas especies y en una parcela amurallada perimetralmente en pleno centro».

El legado inmaterial suma un gran valor. Villa Brasil pertenece a la familia de Faustino Álvarez, insigne gondomareño y vigués distinguido, que presidió durante tres décadas la Cámara de la Propiedad Urbana de Vigo y para el que Ferreira propondrá un reconocimiento en su villa.