El ingeniero Travis Lerol solo ha conseguido dispararla una vez
21 jul 2013 . Actualizado a las 06:00 h.Como muchos estadounidenses, Travis Lerol ha sido propietario de numerosas armas de fuego en su vida, pero su Liberator, una pistola de un sólo tiro, es única: la ha construido él mismo en su garaje, con una impresora 3D. «Sólo he podido disparar una vez, de las 200 que lo intenté», suspira este ingeniero de 31 años en su casa de Hanover, cerca de Baltimore, en el este de Estados Unidos.
El mecanismo de disparo, una especie de cabeza de alfiler, «parece poco fiable y he escuchado que otra gente que imprimió [la Liberator] ha tenido también problemas», añade Lerol. «Es más un proyecto divertido que una arma práctica para mí. Tengo mejores. No va a sustituir a ninguna... Es un proyecto divertido con algo de desafío».
La Liberator es de plástico, tiene un calibre de 380 y es la primera arma de fuego que se puede fabricar con una impresora. Su guía de fabricación fue descargada 100.000 veces en mayo pasado de la página de Defense Distributed, una asociación que aboga por la producción de este tipo de material utilizando tecnología 3D.
El departamento de Estado, que controla la licencia y exportación de armas, suprimió la página. Pero las primeras descargas se extendieron rápidamente y las instrucciones fueron de nuevo subidas a la Red. «Creo que la guía fue descargada al menos un millón de veces», estima Cody Wilson, estudiante de Derecho de la Universidad de Texas que creó Defense Distributed. Pero como afirma Lerol, uno de los pocos que admiten públicamente que ha fabricado la pistola, «muchos aún no la han imprimido».
En Nueva York y California se interpusieron recursos judiciales para prohibir las armas en 3D y se sometieron a la comisión judicial de la Cámara de Representantes proyectos de ley sobre «armas indetectables». «Desde el punto de vista puramente constitucional es una afrenta a la igualdad ante la ley, porque la producción de armas individuales es legal en Estados Unidos», asegura Wilson.
30.000 muertes al año
En un país donde se cuentan casi tantas armas como habitantes (315 millones), responsables de más de 30.000 muertes al año, el derecho a su posesión está inscrito en la Constitución. Las armas pueden ser fabricadas por personas que no cuentan con licencia para hacerlo, mientras éstas no se pongan en venta o distribución.
Lerol, que practica tiro libre, ya ha fabricado dos Liberator. Sus amigos le miraron raro el día que llevó la pistola al club de tiro, pero no le importa: «La gente tiene a menudo miedo de las novedades tecnológicas».