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La pesca de merluza a volantas en Celeiro: desde 1626 al Manzano en 1962

JOSÉ PINO

PESCA Y MARISQUEO

ARCHIVO FAMILIAR DE JOSÉ PINO

Bancos y gentes del mar de A Mariña, por José Pino

15 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La alcabala era un impuesto que en la Edad Media se pagaba por la venta de productos como el pescado y que ascendía en torno al diez por ciento. En 1626 aparece un nuevo impuesto que gravaba el cuatro por ciento el producto de las alcabalas. El inventario para controlar las ventas se asienta en un «Libro de Fiel» conservado en el Archivo Municipal de Viveiro, sección «Bastimentos», que nos permite conocer con exactitud la flota, artes y capturas llevadas a cabo ese año.

Los administradores de la alcabala y fieles de las capturas del puerto de Celeiro son Pedro González (gremio de agricultores) y Bastián Guerra (gremio de mareantes). La flota la componían ocho embarcaciones grandes movidas a remo sin timón que el patrón gobernaba con remo «de fouce», se dedicaban a la captura de pescada con volantas que era conservada salada en las casas, los barcos se conocían por el nombre de su mestre y sus tripulantes, en torno a diez en total, eran dueños de la empresa, al extremo de mandar un criado en su nombre para ocupar su plaza si no iban a pescar, se daba el caso de tripulantes pudientes con plaza en más de un barco. Las embarcaciones menores, sobre todo barricotes, se nombraban por su propietario y lo tripulaba junto a sus familiares, se dedicaban a langosta y pescado de cardumen: sardina, jurel, verdel y boga.

Este año 1626 se pescaron en Celeiro un total de 37.888 pescadillas repartidas así: barco del que era mestre Juan Martínez de Luarca 5.623 unidades, mestre Pedro de Coruña 4.675 unidades, mestre Pedro Fernández de Villar 4.943 unidades, mestre Juan da Pena 2.606 unidades, mestre Juan de Castelo 5.258 unidades, mestre Francisco de Piñeiro 5.575 unidades, mestre Mateo de Ben 2.183 unidades y el barco del mestre Nicolás de Vilaboa con sus tripulantes Pedro y Gabriel Sardina, Domingo Arrizado, Domingo Martínez, Alonso Rodríguez, Alonso de Cabanela, Alonso de Cociña, Juan Cerdeyras y Juan de Arjales, 7.025 pescadas, siendo abril y mayo los meses más abundantes.

Aunque el año 1626 esté documentado, la utilización de las redes volantes y de deriva para pescar merluza está datada desde principios del siglo XVI en nuestra ría, los conflictos denunciados por los pescadores de Viveiro contra sus vecinos celeirenses por el alto volumen de capturas con un arte que consideraban peligroso por ocupar caladeros de la sardina, impedir el paso del pescado a la ría, dificultar la navegación y esquilmar el recurso, casi parece una problemática de nuestros días. Todos estos conflictos costeros determinaron la elaboración y aprobación de la Ordenanza del Pescado en 1510, aprobada por Sentencia de la Real Chancillería de Valladolid (Carlos Adrán «La Alcabala del Pescado»).

Hermanos Manzano FE-2-2517

En 1959 los hermanos Pino Sánchez tras desprenderse de la Estaca de Bares (vendida a Coruña en 1957) y el San Juan de la Peña (vendido a Burela en 1958) encargan en Foz al astillero de César Beltrán Ares un bonitero de 23.10 metros de eslora y 6.12 metros de manga que vendrá a completar la flota junto al Colindres (Solana 1955) y la Madre Andrea (Egaña 1955). El 15 de agosto de 1959 es arrojado al mar —no hay gradas— en el puerto de Foz y remolcado a Talleres Yeregui de Zumaya, donde es armado y equipado con un motor de 200 H. P. a 500 revoluciones por minuto. Desplaza 78.77 TRB, su radio de acción es de 3068 millas a 8.62 nudos con un consumo de 864 litros de gasoil al día.

El día 30 de abril de 1960 realiza en Ferrol sus pruebas de mar y el 1 de mayo sale para la costera del bocarte a las órdenes de José Pino «Manzano» con 15 tripulantes. Del 7 de julio, tras las fiestas, al 4 de noviembre realiza la costera de bonitos y hasta el final de año despacha a pesca del palangrillo.

El año 1961 discurre con programación habitual: anchoa, bonito y palangre. En 1962 el Hermanos Manzano marcará un punto de inflexión en nuestro puerto con la introducción del arte de volanta para merluza en caladeros alejados de la costa. Informado por los patrones de la ría de Vigo (Gandón y Molares trabajan en el banco canario) Manzano sale de Celeiro el 15 de marzo despachado a bocartes con 20 hombres y Antonio Expósito Debén (piloto de Rinlo), pero no irá al Este, lleva un cargamento de piedras, todas de un kilo, del pedregal de Esteiro (Xove) y entra el 4 de abril en Algeciras para armar con las volantas de las que le habían hablado, red de un solo paño con bolas de cristal como flotadores y las piedras xovenses como lastre.

Embarca Andrés Martínez, marinero local conocedor del oficio. José Pino sale a pescar por la costa marroquí llegando a Safi, largan habitualmente dos tandas de 25 volantas y tras buenas caladas entran en Algeciras el 16 de abril a vender. El 2 de mayo entra con la segunda marea, para entonces ya se conoce en el Norte que el Hermanos Manzano ha facturado en su primera marea lo mismo que en toda una costera de bocarte. Su principal rival, el Nuevo Ramoncito de los «Carrizos» (patrón Ramón Fernández Pino, sobrino de Manzano) abandona la pesquería de anchoa rumbo al sur. El 20 de mayo tras la tercera venta de merluza en Algeciras, el Manzano sube para fiestas en Celeiro y el 8 de junio sale a bonitos, el Ramoncito no viene para el Carmen, sigue en el sur.

El 7 de noviembre de 1962 Manzano arma volantas para el caladero al norte de la Estaca (el «Campanario») donde José Pino observó como faenaban allí los bous franceses, Capitanía de Viveiro ante el vacío legal del nuevo arte lo despacha para «varios» (pescado variado) evitando utilizar la palabra volanta. La primera largada se capturan 400 merluzas, 35 cajas de besugo y 32 marrajos, por supuesto toda la flota del puerto comenzó a equipar las novedosas redes. Manzano importó las volantas desde el sur para el Cantábrico, más tarde y con volantas, Antón da Amora en la Catalina inició la aventura en aguas del Gran Sol.

ARCHIVO FAMILIAR DE JOSÉ PINO