La pesca, a la defensiva tras otra película que pone el foco en el arrastre de fondo
SOMOS MAR

Ocean, del naturalista David Attenborough, se estrenó ayer en cines y plataformas en España
09 jun 2025 . Actualizado a las 04:45 h.Una manta raya huye despavorida de una enorme red que avanza rápidamente por encima de un fondo arenoso. Cientos de peces zigzaguean asustados mientras las mallas los cubren. Una cubierta repleta de ejemplares marinos, algunos sin valor comercial alguno. Y una escoba tirando por la borda miles, toneladas de pescado que regresa ya muerto al mar. Es el tráiler de Ocean, la película que, a sus 99 años, ha lanzado sir David Attenborough, estrenada ayer, en el Día Mundial de los Océanos. Es su regalo para el mundo, que resulta estar envenenado para la pesca. Porque de nuevo pone el foco en la actividad extractiva a la hora de señalar los problemas de los que son pulmones del planeta: los océanos.
Es cierto que hay que salvar los mares del planeta. Pero «la pesca no es el único problema que enfrentan», atajó la británica Federación Nacional de Organizaciones de Pescadores (NFFO) en el primer pase, al que, reprochan, no se invitó al sector pesquero. Y por la película parece que sí, que la pesca industrial es lo que está destruyendo el medio marino. La película muestra imágenes del arrastre de fondo, pero no alude «al dragado de áridos, ni a los cables submarinos, ni de la minería del fondo marino; ni de las decenas de miles de kilómetros cuadrados que se reservan para instalar parques eólicos...»
En la misma línea se pronunció la patronal escocesa de la pesca (SFF), a través de su portavoz, Elspeth Macdonald, criticando que se señale a la actividad extractiva, mientras «sorprendentemente, ignora otras presiones importantes».
Más pragmático reaccionó Iván López, presidente de la Alianza Europea de la Pesca de Fondo (EBFA) y de la Coalición Internacional de Asociaciones de Pesca (ICFA), consciente de la inutilidad de gastar energías en una batalla que está perdida de antemano. «¿Para qué vas a gastar recursos en rebatir a una eminencia de 99 años?; es como si dice algo el Papa, ¿qué vas a hacer, insultarlo? Porque en España el naturalista David Attenborough no es tan reconocible, «porque se dobla su voz», pero en el Reino Unido y otros países es algo así como Félix Rodríguez de la Fuente, «pero con Twitter».
Así que no se va a poner a discutir que ese arrastre en el que consiguió meter una cámara, «no representa para nada la pesca que se practica en Europa». Ni incidir en que los pesqueros comunitarios han invertido millones en cambiar los aparejos en aras de mejorar la selectividad e impactar menos en el fondo. Ni repetir lo que dicen por activa y por pasiva: que «la pesca no es buena o mala por su tamaño o por la red que usa, sino por lo que hace y si lo hace bien y cumple las normas o no». López es consciente de que el público no se va a parar en detalles como que el descarte está prohibido en la pesca europea, que esa forma de tratar el pescado en cubierta tampoco encaja en las normas comunitarias y que, por las especies que aparecen y el tipo de red, es un arrastre costero, no de alta mar.
De que la batalla de la opinión pública está perdida también es plenamente consciente Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de la patronal comunitaria Europêche. Ha visto la película. Asistió a un pase en Bruselas al que asistieron miembros de la Comisión Europea, como el propio comisario de Pesca, Costas Kadis, y la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera. Tiene una primera parte con imágenes espectaculares del fondo del océano, un sonido magnífico, que cambia en la segunda parte, en la que entra en escena el arrastre y el metraje se vuelve más oscuro, la música tenebrosa... «El problema es que el mensaje cala», dice Garat. Porque, además, como señalaba López, ¿qué se le va a rebatir a una persona de la talla de Attenborough? Ya se puede desgañitar uno diciendo que «está lleno de inconsistencias, que ofrece datos que no son ciertos, como que el 90 % de las capturas se descartan», que no hay más actores en el mar que la pesca... Ni siquiera habla de otros sectores que también explotan el medio marino. «Ni siquiera cita la pesca ilegal».
Ahora bien, Garat quiso dejar constancia de su desacuerdo con ese mensaje apocalíptico en el coloquio posterior a la proyección de la película. Reconoció la belleza de las imágenes de la primera parte, pero que la segunda desprecia cuestiones como el trabajo de los pescadores y la colaboración con los científicos y las oenegés para proteger espacios marinos vulnerables. Evidentemente fue« la única voz discrepante» que se escuchó en la sala.
«Estamos de acuerdo que hay que prohibir el arrastre allí donde hay especies vulnerables, pero no en todas las áreas marinas protegidas porque no todas están protegidas por lo que habita en el fondo». Algunas son, por ejemplo, para proteger aves, recuerda Garat, que cita un espacio protegido del golfo de Cádiz porque es un corredor para las aves que emigran de Doñana a África y en el que la flota arrastrera pesca cigala. «No hay especies vulnerables en esos fondos», dice. De ahí que insista en que es preciso estudiar caso por caso antes de decidir medidas restrictivas y proteger lo que haya que proteger.