
Una de las grandes metas de la cumbre de la ONU que organizan Francia y Costa Rica es conseguir las ratificaciones necesarias para que entre en vigor el Tratado de Alta Mar (BBNJ, por sus siglas en inglés)
09 jun 2025 . Actualizado a las 04:45 h.La ciudad francesa de Niza reúne a partir de este lunes a 56 jefes de Estado y de Gobierno con la meta de frenar la rápida degradación a los océanos, responsables del 50 % del oxígeno del planeta, a pesar del desinterés de la principal potencia mundial, los Estados Unidos de Donald Trump.
La de los Océanos, una cumbre de la ONU menos conocida que las COP, cumple en la ciudad mediterránea de Niza apenas su tercera edición, tras las de Nueva York (2017) y Lisboa (2022), en un momento de horas bajas para el multilateralismo, entre la emergencia de Gobiernos populistas en democracias asentadas y las guerras en Ucrania y Gaza.
Coorganizado por Francia y Costa Rica entre el 9 y el 13 de junio, el encuentro de Niza tendrá como misión principal frenar «la crisis sin precedentes» que, según alertan los científicos, atraviesan los océanos por culpa del calentamiento del clima, la contaminación de plásticos, la explotación de hidrocarburos, la pérdida de ecosistemas marinos, el transporte marítimo y la sobreexplotación de la pesca.
La protección del océano, ecosistema vital para la vida en el planeta por su producción de oxígeno y por su capacidad para regular las temperaturas, ha sido ignorada por los gobiernos durante décadas, lo que ha provocado que se haya convertido en una especie de «lugar sin ley», especialmente las aguas internacionales, donde ha proliferado la pesca ilegal y se han acumulado desechos de toda clase.
La cumbre de Niza tendrá como una de sus grandes metas obtener la ratificación del Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales (BBNJ, por sus siglas en inglés), aprobado por la ONU en septiembre del 2023 con la firma de 115 de países.
Este tratado busca crear nuevas áreas marinas protegidas en las conocidas como aguas internacionales (fuera de jurisdicciones nacionales), un espacio que representa el 60 % de la superficie de los océanos y la mitad del área del planeta. Así, se podría alcanzar para el 2030 el blindaje de al menos el 30 % de la superficie oceánica.
Pero para que pueda entrar en vigor se necesita de la ratificación —normalmente parlamentaria— de al menos 60 países, objetivo aún distante.
Para ese fin, el primer ministro francés, François Bayrou, designó a la diputada franco-dominicana Eléonore Caroit para convencer al mayor número de líderes parlamentarios para que validen el acuerdo en sus respectivos países.
Caroit —representante de los franceses que residen en América Latin—- explicó que el objetivo de 60 ratificaciones hasta finales de este año está en camino. «Pasamos de menos de 10, a tener casi 40 prácticamente listas para Niza. Y allí tendremos una mesa de ratificaciones», señaló.
No obstante, las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y China, no figuran, por ahora, entre los países candidatos a validar el acuerdo.
Otro de los asuntos centrales será la sobreexplotación pesquera, un sector que en países insulares y costeros, sobre todo los africanos y asiáticos, representa un buen porcentaje de su PIB.
Las oenegés han incidido en la prohibición del arrastre, técnica que, dicen, representa el 25 % de la pesca marina.
La sombra alargada de Trump
Trump, con su proyecto de explotar los fondos marinos, dará qué hablar a pesar de faltar a Niza. Los científicos temen además que los recortes decretados por Washington pongan en peligro programas de observación del océano y de medición de la temperatura y de la acidez de las aguas llevados a cabo por agencias federales de EE.UU., como la NASA y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista que publican este domingo varios medios regionales de este país, recalca la importancia de «una movilización» internacional «en un momento en el que, a nivel político, las cuestiones climáticas son puestas en duda por algunos».
Si Trump será nombre propio aunque no esté en el programa, sí que figuran 56 jefes de Estado y de Gobierno. Entre ellos, los anfitriones de la cumbre, Macron y el presidente costarricense Rodrigo Chaves; el del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y jefes de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de República Dominicana, Luis Abinader; y el de Argentina, Javier Milei. Precisamente la participación de este último, aliado de Trump y representante de un nacional-populismo escéptico con el cambio climático, ha llamado la atención.
También asistirán los líderes de la ONU, el portugués António Guterres, y de la Comisión Europea (CE), Úrsula von der Leyen.
Entre los actos paralelos, destaca la iniciativa del alcalde de Niza, Christian Estrosi, quien lanzó el sábado una coalición internacional de ciudades costeras amenazadas por la subida del nivel del mar, con la presencia de más de 200 regidores, entre ellos la de Valparaíso (Chile) y de Nueva Orleáns (Estados Unidos).