La Xunta ensaya en A Illa la colocación de pantallas para frenar el viento en los puertos
SOMOS MAR
La Fundación Universidade da Coruña ha desarrollado el prototipo y evaluará sus resultados con la primera flota mejillonera de Galicia
17 oct 2022 . Actualizado a las 20:26 h.Convertir un muelle en un lugar confortable para el atraque de embarcaciones no es tarea sencilla. Ni siquiera cuando se han invertido cantidades millonarias en su adecuación. El ejemplo del puerto de O Xufre, en A Illa de Arousa, está sirviendo a la Consellería do Mar para hacer de la necesidad virtud y ensayar un proyecto de investigación y desarrollo que, de dar sus frutos, podrá aplicarse en otros puntos del litoral gallego. Se trata de la instalación de pantallas en las cabeceras de los pantalanes para reducir la velocidad del viento.
Susana Lenguas, presidenta de Portos de Galicia, fue la encargada de presentar la iniciativa esta mañana, a pie de muelle. La colaboración del ente autonómico con la Fundación Universidade da Coruña (FUAC) proporciona «unha solución técnica novidosa que permita protexer do vento a frota abrigada por diques boiantes». Para ponerla en práctica, se han colocado las pantallas en la zona abrigada por el dique flotante de A Illa.
El acuerdo de colaboración, que se canaliza a través del Grupo de Enxeñería da Auga e do Medio Ambiente (Geama), establece que Portos asume la financiación del proyecto por un importe de cien mil euros. La FUAC, a su vez, se encarga de su ejecución, que incluye el análisis de la situación, la definición y la evaluación de alternativas, el diseño de las pantallas y la construcción del prototipo que se está poniendo a prueba. Una vez instalado, la entidad analizará los datos derivados de su funcionamiento para que el ente público pueda tomar una decisión sobre su aplicabilidad futura.
El primer puerto mejillonero
La elección del enclave para el desarrollo del proyecto piloto no ha sido dejada al azar. O Xufre cobija a la principal flota mejillonera de Galicia y, entre el 2010 y el 2011, experimentó un cambio fundamental en su configuración con la construcción de un varadero en su zona noroeste y de un dique de 250 metros de longitud, que constituye su principal elemento de abrigo. La intervención dio lugar a una área de agua protegida, una tercera dársena, la exterior, que se sumó a las dos anteriores, denominadas interior y central.
A lo largo de los últimos años, la Xunta complementó su creación con un conjunto de inversiones cuyo objetivo consistía en su transformación en un lugar de amarre confortable para las embarcaciones. Entre otras cuestiones, los 5,3 millones de euros que se emplearon en este cometido sirvieron para la construcción de tres pantalanes de atraque con 122 plazas para barcos bateeiros y 291 para embarcaciones menores, así como el dique flotante que debía abrigar la zona del oleaje que genera el viento.
Pese a la puesta en servicio de las instalaciones, los usuarios siguieron detectando problemas en determinadas áreas para aplacar la acción del viento superficial sobre los barcos. «Estudar a protección das embarcacións atracadas nos pantaláns e que se sitúan máis expostas á dirección do vento», señala Portos, es el motor que activó esta novedosa investigación.
