María Isabel García: «Un buen uso del purín como fertilizante permite ahorrar 300 euros por hectárea»
GANADERÍA

Sobre normas y gestión en las explotaciones ganaderas habla la investigadora del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM)
26 ene 2024 . Actualizado a las 16:37 h.El Centro de Promoción Rural-EFA Fonteboa de Coristanco acogió recientemente el curso Control e xestión de residuos, economía circular, residuo 0, en el que la principal temática abordada fue el purín como recurso en las explotaciones ganaderas. La investigadora del CIAM (Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo) María Isabel García Pomar fue una de las ponentes. Ayer habló de esto y más en el programa Voces do Agro, de Radio Voz, conducido por Fran Rodríguez y Luis García.
—En el CIAM llevan tiempo investigando el ciclo de nutrientes.
—Sí, porque en las explotaciones ganaderas tenemos unas entradas importantes de nutrientes a través de los piensos y los forrajes. Una gran parte de estos nutrientes pasa al purín, que se podría incorporar al sistema aplicándolo a los cultivos forrajeros que, a su vez, volverán a alimentar al ganado.
—Economía circular total, pues.
—Sí. Además, eso está en la línea de la estrategia europea De la Granja a la Mesa, que pretende, entre otras cosas, reducir el uso de los fertilizantes minerales en el 2030 con un buen uso, donde no lo haya, de fertilizante orgánico.
—Los principales nutrientes del suelo son el nitrógeno, el fósforo y el potasio, pero son extraídos por las plantas y hay que restituirlos.
—Claro. Las plantas toman una parte de los nutrientes del aire, como el oxígeno, el hidrógeno o el carbono, pero otra muy importante, del suelo. Entre estos últimos, unos son principales, como el nitrógeno, el fósforo y el potasio, y, luego, hay otros como el calcio, el magnesio y el azufre, además de los micronutrientes como el hierro o el cobre.
—Pero no todos los suelos son iguales, ¿no?
—Los gallegos son ácidos. En otras regiones, calizos. En Galicia, otra ventaja es el alto contenido en materia orgánica. Gran parte viene del uso de purines de forma reiterada con el paso de los años. Dentro de los que tenemos en la comunidad, se pueden enriquecer o no con determinados nutrientes como el fósforo o el potasio, siempre con unos niveles medios que hay que alcanzar.
—En este sentido, en el CIAM tienen dos programas: REN, de recomendación de encalado, y RAX, de aplicación de xurro.
—El REN nos permite reducir el contenido de aluminio, que es un elemento tóxico, en el suelo, y subir el pH para, de esta forma, conseguir que tengan una mayor disponibilidad los nutrientes de nitrógeno, fósforo y potasio. Si el suelo está por debajo de ciertos niveles de pH o aluminio, los nutrientes no se van a aprovechar de la misma manera que si hubiésemos encalado. De otro lado, el programa RAX nos pide que metamos el valor fertilizante del purín. Nos da tres opciones. La mejor es introducir los datos del análisis del laboratorio. Si no lo tenemos, hay que coger el valor medio nuestro de trabajos recientes y, luego, nos permite hacer la estimación de contenido en nitrógeno, fósforo y potasio del purín a partir de medidas indirectas como la densidad y la conductividad.
—Es importante, entonces, disponer de datos ciertos sobre el suelo en el que se va a actuar.
—Nosotros recomendamos que en las explotaciones se hagan analíticas de suelo periódicamente. Por ejemplo, dividir el número de parcelas y, durante cinco años, de manera sucesiva, ir analizándolas todas. Nos permitirá ver la evolución.
—Tienen datos, además, de que esta gestión permite ahorrar dinero.
—Si tú aplicas los fertilizantes sin saber los nutrientes que tienes en el purín ni la analítica del suelo, probablemente vas a hacerlo en exceso. En cambio, si lo ejecutas acorde a las necesidades del cultivo, reducirás el consumo de minerales. En algunas explotaciones hemos calculado que un buen uso del purín como fertilizante permite ahorrar 300 euros por hectárea.
—A tener en cuenta, también, el real decreto sobre la fertilización sostenible de los suelos.
—Sí, a partir del 1 de septiembre del 2024 va a ser obligatorio que todas las explotaciones con un plan de cultivo hagan un plan de abonado. Otras normas se deberán cumplir antes como la incorporación del purín bajo sistemas de baja emisión como las mangueras o la inyección.
—En definitiva, se trata de que recursos como este de las granjas dejen de ocupar un segundo lugar y pasen al primer plano.
—Sí, porque por un lado, el uso de los purines aporta materia orgánica al suelo y va a ser beneficioso para las propiedades físicas, mejorando la estructura y la permeabilidad; las químicas, incrementando el contenido en nutrientes, y las biológicas, y por el otro, reducimos los fertilizantes minerales y evitamos pérdidas hacia el medio ambiente como lo son los nitratos hacia las aguas.