A través de fototrampeo, Davide Roget monitorizó durante meses los distintos animales que pasaban junto a la Mámoa das Minas
18 may 2023 . Actualizado a las 10:53 h.En verano del 2020 su nombre empezó a resonar entre los aficionados al arte rupestre tras descubrir diez estaciones de petroglifos en Vimianzo, pero Davide Roget, que entonces acababa de cumplir los 18, ya llevaba años explorando los montes soneiráns y monitorizando su actividad animal. Las conclusiones de este extenso trabajo las plasmó en un informe que elaboró para que se tenga en cuenta en el proceso de evaluación del parque eólico Monte da Croa, que promueve Villar Mir y que afectará a montes de las parroquias de Berdoias, Castrelo y Cambeda.
En el documento, Roget expone la riqueza patrimonial del bosque que liga los núcleos de Sanfíns, Piñeiros, Cubes, Rasamonde y Vilariño. Habla de que, pese a que no están a menos de 200 metros de los aerogeneradores, hay numerosas mámoas en la zona. Incluida la Mámoa das Minas, que a pesar de no estar catalogada por Patrimonio, el joven Roget sí la tiene documentada «e conserva cámara».
Añade que el trazado del vial de este nuevo parque afectaría directamente a varios muíños centenarios —cuyos grabados él estudió— aunque apunta que lo más importante a tener en cuenta «é a enorme cantidade de fauna que vive nese monte», fauna que él monitorizó durante años.
Empezó en el 2017 siguiendo huellas y restos fisiológicos, pero en el verano del 2018 introdujo el sistema de fototrampeo. Colocó una cámara fija junto a la Mámoa das Minas y durante meses hizo un seguimiento de los animales que por allí pasaron. Vio «miñatos, pitos ibéricos, armiños, garduñas, xenetas, gatos, esquíos, porcos teixos, corzos, xabaríns e raposos», enumera, aunque lo más interesante de su investigación fue descubrir que «a manda de lobos que controla os montes do leste do val de Vimianzo cría na zona onde se queren instalar estes eólicos». De hecho, documentó varias camadas y tiene vídeos en los que se ve a la loba llevando comida a sus crías, o fotografías en las que se aprecia a un lobato pequeño. «Se o lugar de cría non fose próximo, con tan curta idade o lobato non se desprazaría tanto, e menos de noite», escribe David. «Non son biólogo nin naturalista, funme formando a base de mirar, calar, escoitar e seguir os rastros», reflexiona el joven, que posee «máis de 400 imaxes e 200 vídeos».