
Investigadores de la Escola de Forestais de Pontevedra ponen a prueba una metodología para valorar bienes relacionados con la salud física y mental, el recreo o la espiritualidad
05 abr 2025 . Actualizado a las 18:56 h.Investigadores del campus de Pontevedra ponen a prueba una innovadora metodología para medir los beneficios intangibles de los bosques, relacionados con la salud física y mental, el recreo o la espiritualidad. Detrás del proyecto está el grupo AF-4 de la Escola de Forestais, en un trabajo que cuenta con financiación del quinto Plan Social de Ence y que da continuidad a un trabajo iniciado en el 2024. Según explican desde la Universidade de Vigo, un nuevo proyecto permitirá poner a prueba la efectividad de los parámetros definidos por el grupo AF-4 para medir un conjunto de bienes intangibles que los bosques proporcionan a los usuarios y que tienen que ver con las emociones, el bienestar, el recreo en la naturaleza, la liberación del estrés o la salud mental. El investigador principal del proyecto y exdirector de la Escola, Enrique Valero, expone que el objetivo final es validar esa metodología pionera, que permitirá certificar esos «servicios ecosistémicos», además de definir propuestas de conservación y mejora de estos recursos intangibles.
Desde el grupo de investigación aluden a que los bosques producen una serie de servicios a la sociedad y al planeta que tienen que ser considerados. En este sentido, apuntan a su contribución a la fijación de carbono procedente de la atmósfera, a la preservación de la biodiversidad y a los ciclos hídricos. Pero a todo eso hay que sumar otros beneficios, como la realidad de las personas que durante los fines de semana van al monte a pasear, a buscar setas o simplemente a relajarse. Unos beneficios que, dice Enrique Valero, no se computaron hasta ahora debido, entre otras cosas, a la falta de una metodología que permitiera medir esa serie de parámetros relacionados con la espiritualidad, emotividad y salud física y mental de los usuarios.
Señalan desde la institución académica que para definir esa metodología se partió de los Criterios de Gestión Forestal Sostenible definidos en la conferencia interministerial de Helsinki (Finlandia). El grupo AF-4 identificó en primer término siete subcriterios, que señalan las dimensiones a evaluar. «Uns teñen que ver coas características do lugar, outros coas características da persoa, outros coas emocións que o espazo provoca, outros cos bens que poden atopar nos bosques...», indica Enrique Valero. A partir de estos, el equipo de Forestais definió 29 subindicadores, que señalan lo que es necesario analizar en cada área, y 62 descriptores que determinan qué es preciso medir en el espacio boscoso que se quiere analizar. Abarcan, por ejemplo, desde la evaluación de las experiencias de los visitantes, la calidad del aire o el cromatismo del paisaje, hasta la identificación de bienes culturales, desde mámoas a cruceiros hasta leyendas o tradiciones asociadas a un bosque.
La segunda fase del proyecto se centrará en la puesta a prueba de esa metodología. ¿Cómo? A través de una serie de trabajos de campo en los que buscarán constatar la idoneidad de los descriptores propuestos, así como identificar posibles ajustes o mejoras con una muestra de usuarios de los bosques. Unas acciones que se desarrollarán en diferentes montes de Galicia y, en colaboración con Ence, en masas arbóreas de Santander y Huelva gestionadas por esta empresa. El objetivo final, recalcan desde el grupo de investigación AF-4, sería incorporar estos criterios a los modelos que se aplican en la gestión forestal sostenible, permitiendo definir acciones de mantenimiento y recuperación de este tipo de servicios. También se persigue incorporar la nueva metodología a los procedimientos del sistema de certificación PEFC.