Barricas, la oportunidad para producir en Galicia madera de frondosas de calidad
FORESTAL
Investigan cómo envejecen los vinos gallegos en toneles de castaño y roble
15 feb 2022 . Actualizado a las 09:17 h.Adriana Conde es ingeniera de montes e investigadora en la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría de Lugo y lleva ya algún tiempo estudiando las posibilidades de la madera gallega en la elaboración de barricas. Sus numerosas investigaciones le permiten concluir que, por ejemplo, la madera de roble y de castaño que se produce en la comunidad podría destinarse a la elaboración de toneles en los que envejecer bebidas alcohólicas. Ahora, sus trabajos es centrarán en determinar qué propiedades confiere esa madera al vino gallego. El problema, añade esta investigadora, es que Galicia apenas produce esa madera con la calidad adecuada para la fabricación de los toneles.
«Actualmente no se corresponde el volumen de madera de frondosas que tenemos con el que sacamos de los montes con calidad», explica esta investigadora, que forma parte también del programa #ElasXeranSector, puesta en marcha por la Axencia Galega da Industria Forestal para visibilizar el papel de la mujer en el mundo forestal y de la madera. Es decir, que Galicia tendría mucho potencial para producir madera de frondosas de calidad, pero no lo hace «porque se va toda para leña», asegura. Eso significa que esa materia prima no se cultiva en las condiciones adecuadas. «Tenemos ahí al lado a Francia, para copiar sus modelos silvícolas, pues es un país que cuenta con mucha experiencia en esta materia», añade.
Adriana está convencida de que en la comunidad «tenemos capacidad de producir madera de frondosas para tonelería con certificación forestal». En su opinión, esta práctica ayudará a «potenciar y revalorizar el monte autóctono». Pero, para eso, sería necesario realizar unas prácticas silvícolas adecuadas. Porque la madera de roble y castaño que se emplea para toneles debe proceder de pies con un diámetro mínimo de 35 centímetros. «Lo ideal es que la distancia entre los anillos de crecimiento sea la adecuada, porque eso influye en la microxigenación de los vinos. La fibra tiene que ser recta a lo largo del fuste y no puede haber tampoco nudos ni torsiones ni, por supuesto, pudriciones. Estamos hablando de una madera de alta calidad, que tiene que ser prácticamente perfecta», añade.
Frondosas con estas características casi no se cultivan en Galicia. «Habría que gestionar las masas crecidas y que tienen potencial y, las más jóvenes, empezar a trabajar en ellas siguiendo los modelos silvícolas franceses», argumenta. En el país vecino, por ejemplo, «dejan crecer todas las bellotas y eso provoca que el árbol tire hacia arriba», explica. Pero es que allí practican una silvicultura con visión a largo plazo. «Son especies de crecimiento lento e igual para empezar a aprovechar un árbol tiene que pasar 80 años», añade.
Cortar árboles de 100 años
En Galicia, en su opinión, ocurre lo contrario que en el país vecino. «Aquí hay una conciencia de que lo autóctono no sirve para nada y por eso se apuesta por otras especies de crecimiento más rápido». Para aprovechar las frondosas, añade, habría que cambiar muchas mentalidades, incluidas las que piensan que «un roble de cien años no se puede cortar. La realidad es que en su lugar crecerá otro y eso ayudará a regenerar el monte. Existe la creencia de que si lo cortas, va a desaparecer. La realidad es que cuando algo da rendimiento es cuando se cuida y se protege», añade.
Su trabajo de investigación comenzó por saber cómo influía la certificación forestal en los procesos de obtención, en la trazabilidad y en la calidad del material maderero con destino a la industria tonelera. Posteriormente, estudió cuáles son las características físico-mecánicas de la madera de castaño de procedencia gallega para este uso. Y en los próximos meses intentará dar un paso más e investigar las características organolépticas que aporta esta madera en el envejecimiento de los vinos con denominación de origen gallegos. «Queremos diseñar unas barricas de castaño y roble para envejecer vinos de las diferentes denominaciones gallegas, sobre todo tintos», explica. Una práctica que ya realizan algunas bodegas. «Hay empresas que hacen sus propias pruebas y que usan estas maderas, pero son muy pocas. Creemos que hay gente que estaría interesada en cerrar el círculo, en usar barricas de madera cultivada en el mismo sitio en el que cultivan la uva», añade. Sería esta otra oportunidad más para la madera de calidad de frondosas gallegas.
