Protestarán frente al consejo regulador el 6 de septiembre para exigir que se garantice la compra de uva
20 ago 2024 . Actualizado a las 17:44 h.Ya hay una movilización convocada en la Ribeira Sacra en protesta por la negativa de muchas bodegas a recoger en esta vendimia la uva de sus proveedores habituales, una situación sin precedentes a la que se ven obligadas por la acumulación de vino sobrante que arrastra la denominación de origen desde la pandemia. Unións Agrarias acordó este martes, en una reunión con viticultores celebrada en Chantada, realizar una primera concentración de protesta el próximo 6 de septiembre frente a la sede del consejo regulador.
La convocatoria responde, según informa el sindicato, «á situación límite das explotacións pola ameaza das adegas de non recoller a uva na vindeira vendima». Con esta primera protesta quiere denunciar «a inacción das administracións e a mala fe dalgunha adega diante o grave problema de acumulación de excedentes que afecta á Ribeira Sacra».
De acuerdo con las estimaciones de esta organización, a las puertas de una nueva campaña —la recolección se iniciará previsiblemente en la segunda quincena de septiembre con carácter generalizado— la denominación de origen se enfrenta a una situación que puede dejar a unos 600 viticultores sin poder vender la uva.
Se veía venir en el 2024
Unións Agrarias lamenta que la Xunta no haya movido ficha hasta el momento «a pesar das reiteradas chamadas de atención e peticións de intervención realizadas ao longo do último ano» y en vista de un problema «que comezou a evidenciarse xa na pasada vendima». El sindicato emplaza a la administración autonómica a «actuar de inmediato e a activar os mecanismos precisos para activar solucións que garantan a rendibilidade das adegas e viticultores desta denominación de orixe».
«Un importante volume de uva —denuncia— quedará sen recoller esta vendima na Ribeira Sacra, esta é a ameaza que as adegas están a transmitir ao sector produtor ante a acumulación de viño da campaña pasada».
Esta organización considera que en Galicia no se ha actuado con la misma celeridad de otras comunidades con denominaciones de origen afectadas también por los problemas para la comercialización de vinos tintos. Algunas de las medidas que puso sobre la mesa, como la aplicación de incentivos por la poda en verde o la convocatoria de ayudas por destilación de crisis, «non foron activadas pola Xunta». «É imprescindible —señala— actuar para garantir a rendibilidade e o futuro dun sector esencial para a economía da comarca debido ao forte vínculo existente entre a viticultura e a conformación da paisaxe, a conservación e a xestión do territorio e a orografía desta zona».
Una solución conjunta
Desde Unións Agrarias abogan por afrontar de forma coordinada «o problema de mercados que afecta aos tintos a nivel estatal». «Produtores, adegas e administración deben ir da man e traballar unidos para aplicar as solucións que esta denominación de orixe necesita a curto, medio e longo prazo», precisa el comunicado que anuncia esa primera protesta.
Entre otras medidas, urge la elaboración «dun plan de actuación con visión de futuro e coa vista posta na promoción, nas exportacións e na apertura de novos mercados internacionais para os tintos». Esta estrategia también debería contemplar, a su juicio, «a reestruturación de viñedos e a posibilidade de impulsar cambios nas variedades que aporten valor engadido aos viños da Ribeira Sacra e potencien as súas vendas».
La convocatoria de una primera movilización fue acordada durante una asamblea celebrada este martes en la parroquia de Nogueira, la segunda reunión de estas características que se celebra en el municipio de Chantada desde el pasado 12 de agosto.
Un problema que no afecta solamente a jubilados con pequeñas viñas
La vendimia de este año podría superar por segundo año consecutivo los seis millones de kilos en Ribeira Sacra. Pese al vino acumulado en muchas bodegas a raíz de la paralización de las ventas a raíz de la pandemia, el sector transformador hizo un esfuerzo hasta ahora para mantener la demanda de uva.
La previsión era que los problemas de ventas fuesen escampando y las bodegas eran conscientes del efecto perjudicial, con vistas a necesidades futuras, que supondría que una parte importante de la cosecha quedase sin recoger. En un cultivo duro y costoso como el de los bancales, el abandono puntual de un viñedo tiene todos los boletos para convertirse en definitivo.
«A principal adega da denominación de orixe canto ao volume que compra, Rectoral de Amandi, non vai recoller ningunha uva, o que deixa na ruína a moitos viticultores e viticultoras e vai facer que esas viñas queden abandonadas. Tamén outras das adegas máis grandes van mercar menos, o que contribúe a agravar a situación posto que vai ser practicamente imposíbel vender a uva sobrante», señala el Sindicato Labrego Galego.
Los esperados avisos
En un comunicado en el que reclama la constitución de una mesa de trabajo para hacer frente a esta crisis, incide en la gravedad del problema. «Cómpre ter en conta que as persoas ás que están avisando de que non lle recollen a uva non son precisamente persoas xubiladas con 2.000 quilos de uva. Temos viticultores con catro hectáreas en produción ás que non lle van recoller», advierten desde esta organización.