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Un apicultor vimiancés logra el mejor puesto de la zona en la cata de Fonteboa

G. Fernández

AGRICULTURA

ANA GARCÍA

La mejor miel del certamen ha sido la presentada por María Isabel Guardado Iglesias, de Muros

04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este año, la cata de miel ha sido especial por las exigencias de la normativa covid: se presentaron menos muestras y el formato ha sido diferente.

En ediciones anteriores, el número de muestras rondaba el medio centenar y la convocatoria suscitaba el interés de un centenar de aficionados al mundo de las abejas que tenían la oportunidad de catar las mieles y participar en su evaluación. Al mismo tiempo, era un foro de relación y de intercambio.

Este año, se han presentado 17 muestras y la valoración se ha realizado en dos etapas: el miércoles 25 de noviembre, los doce alumnos del Programa Integral de Formación en Apicultura realizaron la primera selección de las mieles fijándose en tres parámetros: aspecto, aroma y sabor, todo ello coordinado por Carlos de Castro, docente y coordinador de las actividades del Cicapis (Centro de formación de la apicultura). En este primer tramo se seleccionaron 10 muestras que fueron de nuevo catadas en la jornada del pasado miércoles y que ha determinado la valoración definitiva.

En esta segunda cata han participado Juan Carlos García, alcalde de Coristanco; José Antonio Vila, gerente del GDR Costa da Morte, y Xoán Camafreita, presidente da Asociación EFA Fonteboa. Y, por parte de Fonteboa, Luis García y Xosé Lois Pintor.

No lo han tenido fácil, pues todas las mieles eran de excelente calidad y todas alcanzaron una puntuación similar, incluso hubo que recurrir a una nueva valoración para deshacer un empate. Finalmente la mejor miel del certamen ha sido la presentada por María Isabel Guardado Iglesias, de Muros. Y la mejor miel de la Costa da Morte ha sido la de Manuel Romero Ferrín, de Vimianzo.

Manuel Romero tiene instalado su apiario en el lugar de Mouzo, en Carnés y en la primavera pasada ha combatido de manera sistemática a la vespa velutina. Mediante un sistema de trampero perimetral ha eliminado cerca de 4.000 reinas de Vespa velutina. Sin embargo la lucha continúa, pues la plaga está muy extendida y hay que combinar varios sistemas para erradicarla y salvar las colmenas, reconoce.

La cata de miel ha sido la culminación del año apícola 2020, pero dentro de la plan del Cicapis hay otras acciones formativas en desarrollo y en previsión: talleres de elaboración de hidromiel, cursos de iniciación a la apicultura, de reproducción del apiario y jornadas sobre sanidad apícola.

También hay proyectos de apicultura aplicada: palinoteca del entorno (estudio del polen), programa de monitorización del colmenar, selección genética y reproducción intensiva de abejas. Todo ello en aras de la profesionalización de la apicultura.

El cronograma de las actividades está definido, la evolución de la crisis sanitaria condicionará la ejecución final, pero lo que tienen claro desde el Cicapis es que en el ámbito apícola se pueden hacer muchas cosas y que puede ser una vía de emprendimiento.

También los estudiantes de ESO y de Formación Profesional de Fonteboa tienen opción de participar en actividades de formación apícola, integradas en el programa de Voz Natura, utilizando para ello el apiario didáctico del centro, el área de investigación apícola y el laboratorio.