Mientras España se consolida como primer productor de la UE y cuarto del mundo de estos alimentos, los establecimientos que los venden crecen un 37 % animados por el incremento de la demanda por parte del consumidor
10 jul 2020 . Actualizado a las 17:45 h.Han visto la oportunidad y se han agarrado a ella. El comercio minorista dedicado a la venta de productos agroalimentarios corre a refugiarse cada vez más bajo el paraguas que le dan los productos ecológicos. Es la lectura que se desprende de los datos estimados sobre producción ecológica correspondientes al 2019 y facilitados ayer por el Ministerio de Agricultura. No hay más que repasar sus cifras del año pasado para ver como el número de establecimientos dedicados a este tipo de productos aumentó en un 37 % con respecto al año anterior.
Pero no solo ellos dieron ese giro. Las empresas comercializadoras de alimentos bio en general crecieron en España un 24,8 % durante el mismo período, una tendencia que va en consonancia con la demanda cada vez más elevada de este tipo de verduras, carnes o pescados por parte de un consumidor cada vez más concienciado con el medio ambiente. Aunque en menor medida, también creció el número de productores (un 5,9 %) o establecimientos de carácter industrial (un 13 %?¿¿?).
El fomento de ese cambio de hábitos llega también desde Bruselas con la puesta en marcha de estrategias como De la granja a la mesa o Biodiversidad, donde tratan de fomentar no solo los productos ecológicos o bio, también aquellos más sostenibles o que fomentan la biodiversidad en el entorno.
España parece estar en la línea que marca la UE al consolidarse como el principal productor de alimentos ecológicos de la Unión y cuarto del mundo al crecer el año pasado un 4,8% tras alcanzar las 2.355.000 hectáreas de superficie agraria útil cultivadas en ecológico. Va por la senda pautada . Lo dijo el ministro Luis Planas: «Estamos en buen camino para cumplir con los objetivos que plantea la Unión Europea (UE)», tanto los marcados en las estrategias mencionadas con anterioridad como los que indica la nueva política agraria común (PAC). Pero no hay que retirar el pie del acelerador porque el porcentaje de superficie agraria útil dedicada a la producción bio todavía está en un 9,3 % del total, cuando el objetivo de cara al 2030 es llegar al 25 %. La evolución en el último lustro es de un crecimiento medio sostenido anual de un 7,5%.
Del total de espacio dedicado a esta producción, la mitad se corresponde con pastos permanentes; un cuarto a cultivos de tierras arables, mientras que el resto a cultivos permanentes.
Por cultivos destaca el aumento de hectáreas dedicadas a tubérculos (13 %), legumbres (4,2 %); frutales (9 %), plataneras (25 %), cítricos (+9 %) y bayas (10 %). Sube también la superficie de viñedo (7 %) y de olivar (4,6 %). Solamente disminuyen los forrajes un 3,5 % y se mantiene la extensión dedicada a hortalizas y frutos secos.
En cuanto a producción animal, disminuye levemente el número de explotaciones de animales eco hasta las 7.803 ganaderas y 61 acuícolas (un 1 % menos con respecto al año anterior). Al mismo tiempo ha habido una disminución de las granjas dedicadas a carne de ovino (-5,6 %) y caprino (-7 %) y un aumento en bovino de leche (15 %), pollos (14 %), leche de ovino (9 %) y porcino (4 %). Sin embargo, el número de cabezas de ganado ha aumentado en porcino (60 %), ovino, caprino y bovino de leche (7 %, 11 % y 18 %, respectivamente) y en aves de corral de carne (150 %) y de puesta (32 %).