El 90 % de las granjas de Barbanza se quedan sin subida del precio de la leche

Las principales lácteas que operan en la comarca se resisten a subir el precio de la leche que pagan a los ganaderos. Ni la situación agónica que atraviesa el sector productor, con un aumento de sus costes de alrededor del 10 % en apenas un año, ni las reiteradas peticiones de las organizaciones agrarias o de la propia Administración sobre la necesidad de aplicar un reparto más equitativo de la cadena de valor de la leche parecen ser razones suficientes para que la industria aplique incrementos a las cotizaciones en origen, tal y como ya ha hecho en buena parte de Europa.

Tampoco parece ser un argumento de peso la normativa estatal que, en el marco de la ley de la cadena alimentaria, obliga a repercutir sobre el precio recogido en los contratos de suministro la evolución experimentada por los costes de producción.

Bien es cierto que algunas empresas con presencia minoritaria en la zona sí han anunciado pequeñas subidas para los próximos meses. Es el caso de Pascual -apenas recoge la materia prima de media docena de explotaciones- que se compromete a aplicar un céntimo más por litro durante el último cuatrimestre del año o de Naturleite -procesa la leche de una decena de ganaderías en su planta de Meira- que eleva esta cifra hasta los dos céntimos durante el período que va de agosto a abril de 2022.

La última en sumarse al alza de las cotizaciones ha sido Clun que, sin especificar importes concretos, ha anunciado que aplicará la subida de forma retroactiva desde el primero de julio. La cooperativa, creada a partir de la fusión de Feiraco, Os Irmandiños y Melisanto, controla la materia prima de unas cuarenta granjas barbanzanas.

El mejor de los escenarios

Esto significa que, en el mejor de los casos, solamente 55 ganaderías -apenas una de cada diez de las que siguen en activo en Barbanza- se beneficiarán de estos ligeros repuntes en sus facturas mensuales de venta de leche. El resto, como señalan representantes del sector productor, deberán esperar a que muevan ficha Lactalis o Capsa -matriz de Central Lechera Asturiana y Larsa-, las dos empresas con mayor presencia en el campo gallego y que, a día de hoy, controlan más de un tercio del total de leche producido en Galicia.

Las otras dos en discordia son Leche Celta y Río con un volumen de recogida cada una que ronda el 9 % del total gallego, según los últimos datos publicados por Medio Rural.

«O que fagan Lactalis e Asturiana é o que levará a cabo o resto do sector, porque levan anos marcando a tendencia dos prezos na comunidade. Resulta curioso que mentres unha sube os importes en Francia e outra en Asturias, aquí se neguen a facelo», apuntan desde Gandeiros de Mazaricos, entidad que no duda en calificar los ascensos propuestos como insuficientes.

En esta postura también coincide el sindicato Unións Agrarias, que advierte de las dificultades que tienen ya la mayoría de las granjas para alcanzar niveles mínimos de rentabilidad y, por tanto, para asegurar su continuidad a corto y medio plazo. Desde esta organización critican que, pese a estar aumentando sus beneficios debido a la revalorización de los derivados industriales como la mantequilla o la leche en polvo -su cotización aumentó un 28 % y un 15 % durante el último año-, las industrias se niegan a repercutir parte de estas subidas a las granjas.

Durante el mes de mayo, último dato publicado hasta el momento por el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), la leche gallega se pagó a una media de 31,9 céntimos el litro, apenas un 2,5 % más que durante el mismo período del año pasado.

En este sentido, y a pesar de producir el 40 % del total de la materia prima española, la comunidad de Galicia se consolida, junto con Baleares, como la región con los precios más bajos en el conjunto del Estado.

Todo lo contrario de lo que sucede en Asturias que, con un promedio de 35,4 céntimos por litro, lidera el ránking español con el País Vasco (35 céntimos), Castilla-La Mancha (34,5 céntimos) y Andalucía (34 céntimos).

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