La futura revolución, un fármaco para la diabetes que adelgaza como una cirugía

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El 26 % de la población española tiene obesidad, siendo más elevada la obesidad abdominal
El 26 % de la población española tiene obesidad, siendo más elevada la obesidad abdominal CAPOTILLO

Los endocrinos reclaman que Sanidad sufrague las terapias para perder peso

12 jun 2022 . Actualizado a las 09:53 h.

La obesidad no es solo una enfermedad. En realidad son muchas, ya que se trata de una patología multifactorial asociada con otras 200 afecciones, algunas de ellas tan graves como patologías cardiovasculares, diabetes, alteraciones en la fertilidad y hasta 13 tipos de cáncer. Es una realidad científica que contrasta con la ceguera de la Administración, que sigue sin reconocerla como tal. De otra manera no se entiende que la sanidad pública siga sin financiar las terapias de reducción de peso que podrían beneficiar al 22 % de la población española que es obesa, porcentaje que en Galicia se eleva al 26,7 %.

Si bien es cierto que los tratamientos actuales no son demasiado efectivos, a excepción del semaglutide, aprobado en enero por la Agencia Europea del Medicamento, que ha logrado una reducción del peso corporal de un 15 %, la situación podría dar un vuelco dentro de pocos años. Y el protagonista en este caso es el fármaco tirzepatide, autorizado por la FDA de Estados Unidos para la diabetes tipo II. Pero resulta que en los ensayos clínicos en fase III en más de 2.000 voluntarios con obesidad o sobrepeso han demostrado una tasa de reducción de peso nunca vista, de entre el 16 % y el 22 % y que incluso, y dependiendo de las dosis, logró una rebaja de más del 25 % en el 36 % de los casos. Es equivalente a la lograda con la cirugía bariátrica, que sí está financiada por la Seguridad Social, aunque no deja de ser una operación, lo que supone una agresión.

Los resultados, presentados primero en la reunión de la Asociación Americana de Endocrinología, se han publicado ahora en la revista científica The New England Journal of Medicine. «Los resultados son espectaculares. En 72 semanas se ha logrado una pérdida de peso media en torno a 25 kilos, similar a lo que ocurre en pacientes con cirugía bariátrica», subraya Diego Bellido, jefe de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, cuyo grupo ha investigado el fármaco, por lo que espera poder formar parte de los ensayos clínicos en cuanto el laboratorio Lilly, que lo ha desarrollado, abra la participación a los equipos internacionales.

«Esperemos que podamos participar —dice—, porque realmente es una novedad. Ya lo es en el campo de la diabetes y se ve que también lo va a ser en el de la obesidad. Va a suponer un avance espectacular en el tratamiento farmacológico de la obesidad». Advierte, sin embargo, que «una cosa son los ensayos clínicos y otra lo que ocurre en la práctica clínica habitual en la vida real».

 También apela a la prudencia Luisa María Seoane, jefa del grupo de Fisiopatología Endocrina del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, aunque cree que el fármaco es «muy prometedor». «Ha demostrado la tasa de reducción de peso más alta descrita hasta el momento con tratamientos farmacológicos y la más similar a la obtenida con la cirugía bariátrica. Además, los pacientes presentan una mejoría importante en parámetros como niveles de glucosa en sangre, presión sanguínea y niveles de lípidos», explica.

El fármaco combina dos moléculas, dos hormonas denominadas incretinas (GIP y GLP-1) que reducen los niveles de azúcar en sangre después de comer y regulan los procesos metabólicos relacionados con la digestión.

El problema es que, si finalmente tiene éxito y sale al mercado, no será precisamente barato. De ahí que la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad haya pedido la financiación de los fármacos antiobesidad dentro de la Seguridad Social.

Financiar los tratamientos ayudará a frenar la epidemia

 

Luisa María Seoane

El último informe de la OMS sobre obesidad describe que ha alcanzado proporciones pandémicas, ya que un 59 % de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad en Europa. Esto da lugar a un gasto sanitario elevadísimo y a un empeoramiento de la calidad de vida futura de la población. A pesar de todo, no termina de ser aceptada como una enfermedad y los escasos fármacos que existen hasta el momento no son financiados por los sistemas nacionales de salud. Además, el precio de los fármacos que existen para tratar esta patología es muy elevado, lo cual dificulta aún más el tratamiento. La única intervención financiada es la cirugía bariátrica, que lleva asociados riesgos importantes y solamente está recomendada en casos específicos.

La obesidad es una patología multifactorial y compleja que debe ser atacada desde distintos frentes, fundamental desde la alimentación y el ejercicio físico. Pero en la mayoría de los casos no es suficiente, con lo cual es necesario la existencia de tratamientos farmacológicos efectivos y seguros para complementar las intervenciones basadas en el estilo de vida. Además, la financiación de este tipo de tratamientos ayudaría a frenar la creciente incidencia de obesidad que repercute de manera negativa en el desarrollo de distintas patologías asociadas que comprometen la salud de la población.

La investigación es también fundamental con el fin de conocer cuáles son los mecanismos fisiológicos alterados en esta patología y así poder identificar dianas terapéuticas efectivas. Y debido a que es una enfermedad multifactorial, las nuevas líneas de investigación se centran en la búsqueda de tratamientos basados en combinaciones de moléculas que ataquen la patología a través de distintos mecanismos de acción con el fin de alcanzar tasas de éxito similares a las obtenidas con la cirugía bariátrica. Entre los fármacos más prometedores se encuentran los análogos de las incretinas, hormonas producidas en el tracto gastrointestinal en respuesta a la ingestión de alimentos que reducen los niveles de glucosa.