Por qué se divorcian las parejas españolas y cuáles son las reglas de oro para una buena separación

José Antonio Guerrero COLPISA

SOCIEDAD

El estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo acaba alejando a las parejas, según han constatado los abogados de familia

27 ene 2022 . Actualizado a las 14:52 h.

Una discusión sin importancia suele desencadenar una tormenta que acaba llevándose por delante un matrimonio. Lo han comprobado los abogados de familia que en su último Observatorio apuntan las causas más habituales por las cuales las parejas españolas deciden divorciarse. Una discusión por el tiempo que hay que dejar a los niños frente a las pantallas, o quién se encarga de ayudar a los niños con los deberes o a qué extraescolares tiene que ir, puede ser el desenlace de una discusión que desencadene todo.

Como primer motivo de divorcio, los 500 abogados especializados en Derecho de Familia que han participado en el sondeo (de un total de 2.500) citan «el desgaste, el alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo». En opinión del vocal de la Asociación Española de Abogados de Familia (Aeafa), Álvaro Iraizoz Reclusa, «este estrés puede provocar múltiples discusiones, algunas por motivos intrascendentes, desembocando en el peor de los casos en el abandono, el desprecio o la indiferencia absoluta hacia el otro miembro de la pareja. La excesiva dedicación al trabajo, la complicada conciliación laboral y familiar o la frecuente sobrecarga de uno de los miembros de la pareja en las labores de la crianza y las propias del mantenimiento del hogar, entre otros aspectos, propician la ruptura», manifiesta el vocal de la Aeafa.

El grupo de edad con más divorcios comprende edades entre los 40 y 50 años, «es decir, aquellos que a menudo se encuentran inmersos en plena crianza. Se trata de una etapa crítica», apunta Iraizoz. La duración media de los matrimonios que se divorcian en España es de 16 años y en uno de cada tres llevaban más de 20 años casados. En 2020 hubo 77.200 divorcios, cayeron un 15,8% respecto al año anterior, pero lo hicieron por el confinamiento.

Los abogados que cada día afrontan crisis familiares atribuyen el segundo motivo de separación al «desenamoramiento», que en ocasiones coincide con el inicio de una relación con una tercera persona. Las infidelidades, las dificultades económicas (suele ser cierto el dicho de que cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana), el maltrato y las salidas del armario de uno de los cónyuges son otros de los motivos alegados por los juristas.

Las respuestas de los letrados forman parte del IV Observatorio del Derecho de Familia, que se ha elaborado a partir de una encuesta a los letrados de la Aeafa el pasado mes de diciembre.

Desde 2005, para solicitar la separación conyugal o el divorcio en España no es necesario alegar ni acreditar causa alguna. «Antes había que referirse al abandono injustificado del hogar, a la infidelidad, al alcoholismo, las toxicomanías o a los trastornos mentales, entre otras causas legalmente previstas», explica Iraizoz. A partir de 2005, basta que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio para separarse o divorciarse de mutuo acuerdo e incluso antes si hay riesgo para la integridad física o moral o la libertad sexual del cónyuge demandante o de los hijos de ambos. «A pesar de que ya no se necesite justificar la causa del divorcio, el cliente que llega a nuestros despachos porque quiere iniciar un proceso de separación, o porque su pareja ya lo ha iniciado, nos explica las causas que le han llevado hasta ese punto de no retorno», señala Iraizoz.

Las razones para romper

Las doce razones más citadas por los abogados son las siguientes:

  1. El desgaste, alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo.
  2. Desenamoramiento. A veces, acompañado del inicio de una relación con una tercera persona.
  3. Infidelidades.
  4. Dificultades económicas.
  5. Discrepancias que surgen a raíz de la crianza y de la educación de los hijos. Se pone en evidencia estilos de vida y valores completamente distintos.
  6. La excesiva presencia de las respectivas familias políticas que generalmente ayudan, pero que a veces también ahogan.
  7. Irritabilidad o mal carácter. En casa, con nuestros más íntimos, sacamos la peor de nuestras versiones.
  8. Elección de una pareja con un carácter incompatible con el nuestro.
  9. Adicciones.
  10. Violencia de género, doméstica, trato inadecuado entre los miembros de la pareja.
  11. Dificultad para gestionar las emociones que genera el surgimiento de enfermedades, físicas o mentales, o agravamiento de las ya existentes en algún miembro de la familia.
  12.  Cuando uno de los miembros de la pareja sale del armario, aceptando su verdadera orientación sexual.

«El drama es separarse mal»

«La mayoría de las personas que malvive en pareja se identificarán con más de una de estas causas. Quizás, identificarse uno mismo en alguna de estas situaciones sea el primer paso para cambiar el rumbo que nos conduce directos a la separación. Pero si la ruptura es irreversible, hay que recordar que, tal y como sostenemos desde Aeafa, el verdadero drama no es separarse, sino separarse mal», insiste Iraizoz.

Por ello, los abogados de familia han establecido lo que ellos llaman las diez reglas de oro para un buen divorcio, diez consejos que recogen 40 años de experiencia asesorando a exparejas en proceso de ruptura. Son estos:

  1. Nunca utilice a los hijos como arma arrojadiza contra el otro progenitor. El impacto psicológico de la ruptura es menor si los padres cooperan.
  2. No delegue en los niños, niñas y adolescentes la toma de decisiones esenciales.
  3. Intente racionalizar la situación. Evite dejarse llevar por los sentimientos.
  4. Intente alcanzar un divorcio de mutuo acuerdo. Es más económico que un procedimiento contencioso y le ahorrará sufrimiento emocional y tiempo. Según el Instituto Nacional de Estadística, casi el 80% de los divorcios en España son de mutuo acuerdo.
  5. Evite tratar con su cónyuge aquellas cuestiones sobre las que no se ponen de acuerdo porque acabarán discutiendo. Déjelo para su abogado. Hable únicamente de aquellas cosas sobre las que no hay discusión.
  6. Trate de agilizar el trámite. Ralentizar las discusiones sobre los efectos del divorcio no suele conllevar ninguna ventaja. Cuanto más se alargue una situación complicada, peor.
  7. Evite comparaciones con otros divorcios de parientes o conocidos. Cada familia es un mundo y cada divorcio es diferente.
  8. Un buen convenio regulador perdura en el tiempo y merma el conflicto. Un convenio regulador es el documento en el que los cónyuges acuerdan las consecuencias personales y patrimoniales de una separación. Su contenido se pacta de mutuo acuerdo y es de obligado cumplimiento después de la ruptura.
  9. Si hay patrimonio, como la vivienda, repártalo. No es bueno mantener bienes en común una vez divorciados. Es foco de conflicto.
  10. Recurra a un buen abogado especializado en Derecho de Familia con habilidades multidisciplinares. Le ahorrará sufrimiento emocional y tiempo.