Dos gallegos en la cima de la química mundial: «Aquí cuesta más que te reconozcan»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

Los dos científicos gallegos, a los que Europa sitúa en la élite, apuestan por cambiar de forma radical la universidad

27 mar 2019 . Actualizado a las 20:02 h.

Los dos siguen carreras paralelas, pero a la vez divergentes. Ambos son químicos por la Universidade de Santiago, aunque uno en la especialidad de química física y otro en la de orgánica. Y cada uno, en sus respectivas áreas, se ha convertido en un referente internacional en su ámbito, con algunos de los mayores reconocimientos nacionales y mundiales. Son dos de los únicos cuatro gallegos que han logrado un Advanced Grant, el elitista programa del Consejo Europeo de Investigación (ERC) dirigido a los mejores científicos sénior. Uno, Luiz Liz Marzán (Lugo, 1965) dirige el Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales CIC BiomaGune de San Sebastián, después de que el Gobierno vasco lo fichara de la Universidade de Vigo, donde ejercía como catedrático; otro, José Luis Mascareñas Cid (Allariz, 1961) se ha mantenido en Galicia, pese a las ofertas recibidas, donde dirige el CIQUS de la Universidade de Santiago, que ha situado en la élite.

-Uno trabaja en Galicia y otro en el País Vasco, ¿qué envidia cada uno de la situación del otro?

-J. L. Mascareñas: Bueno, yo de la situación de Luis no envidio nada, pero él está en el País Vasco, donde ha habido desde hace tiempo una apuesta por la ciencia mucho más seria que aquí. Aquí siempre ha costado más que te reconozcan desde un punto de vista científico. Pero en este momento en Galicia se puede hacer, más o menos, ciencia de calidad, sobre todo en centros singulares como el CIQUS, en los que trabajamos en bastantes buenas condiciones con respecto a lo que había antes.

-L. Liz Marzán: Envidiar tampoco. Pero realmente lo que me parece destacable es que José Luis haya sido capaz de montar un centro que ha conseguido un reconocimiento importante en muy poco tiempo, aunque ciertamente encorsetado por las normas de una universidad bastante grande y muy antigua, que impone restricciones a la hora de montar un centro de investigación que tenga la flexibilidad que se necesita, que es lo que yo tengo. Quizás echo de menos estar en contacto con estudiantes y con profesionales de otros ámbitos, que es lo que te ofrece la Universidad.

-¿Flexibilidad es la clave?

-L.M.: Está claro. El tener entidad jurídica propia y de alguna forma estar fuera de la normativa del sistema público tiene la gran ventaja de que se puede diseñar la conformación del centro de una forma muchísimo más eficiente.

-J. L. M.: Como director científico del Ciqus, pertenecer a una universidad conlleva muchos problemas. No podemos hacer fichajes, sacar a concurso nuestros propios contratos. Tenemos dificultades de tipo burocrático. Pero como investigador tengo que decir que aquí podemos trabajar en condiciones competitivas. No tenemos una disculpa para no hacerlo, como quizás sí tuvimos hace diez años. Hemos conseguido unas condiciones adecuadas, tanto en atmósfera como en infraestructuras, para poder hacer las cosas bien. Nos costó mucho llegar hasta aquí. Si perteneces a una universidad, lo más difícil es tratar de ser competitivo a nivel internacional en investigación, ya que podrías estar más relajado si te dedicadas a actividades básicas de docencia y un mínimo de investigación.

-Ustedes están en contra del café para todos en ciencia. Creen que se debe apostar por los mejores. ¿Pero no hace falta masa crítica?

-L. M.: Hacen falta las dos cosas, porque tenemos una gran masa de investigadores que ahora mismo están prácticamente congelados, que no tienen oportunidad de hacer nada, y que hay gente muy valiosa que, aunque sea a otro ritmo, deberíamos aprovechar el potencial que tienen. Me parece muy bien que se nos trate bien a los que nos ha ido mejor, pero también se debería dar la oportunidad de trabajar a los demás.

-J. L. M.: En este mundo, desgraciadamente, está todo inventado. En ciencia hay que mirar a los países que lo hacen bien y tratar de hacer lo mismo. ¿Qué hay que hacer? Lo que hacen ellos: por supuesto, aumentar los fondos para la ciencia, que en España son absolutamente ridículos. Después, cambiar o reformar los sistemas e instituciones, fundamentalmente la universidad, para que pueda acoger a nuestra gente joven más brillante. Hay que cambiar radicalmente la Universidad, fundamentalmente en dos aspectos: en el sistema de gobierno y en el proceso de selección de personal. Y después crear estructuras como se crearon en Cataluña y en otros sitios que permitan competir a nivel internacional y atraer a científicos de fuera.

-¿Es demasiado encorsetada la Universidad?

-L. M.: La estructura no favorece que los profesores tengan una dedicación fuerte a la investigación, porque no hay incentivos, porque la estructura de gestión no es lo suficientemente ágil. Hay que apostar por mejorar las condiciones de investigación en el sentido de dar más flexibilidad y apoyar más a aquellos que se ve que tienen más proyección, y al mismo tiempo tiene que haber centros especializados que puedan atraer talento de fuera.

-J. L. M.; La universidad española tienen un enfoque equivocado hacia la docencia mal entendida, que son las horas de clases que imparte un profesor. Todo se rige por eso: la convocatoria de plazas, la dedicación del profesor... Nunca he entendido que solo sea un sitio para dar clases.

«La ciencia y los países avanzan con el talento, hay que recuperarlo»

José Luis Mascareñas y Liz Marzán aseguran que es vital atraer y mantener el talento para que una sociedad pueda desarrollarse.

-Los dos son Advanced Grant y solamente hay cuatro gallegos con este reconocimiento. Y todos menos uno, José Luis, están trabajando fuera. ¿Es indicativo de algo?

-L. M.: Primero hay que decir que es un programa muy competitivo. Pero si miramos a Cataluña, por ejemplo, está claro que tienen mucho más, aunque allí la masa crítica de investigadores es mucho mayor que aquí y tienen más tradición de centros de investigación y de excelencia científica. Y al final se nota. En Cataluña hace tiempo que tienen programas directamente dirigidos a la investigación, como el Icrea. En Galicia, es más complicado.

-J. L. M: En Galicia no hay demasiados candidatos que pudieran tener opción para conseguir una Advanced Grant, y los que hay son gente que ha trabajado de forma totalmente voluntarista, ya que perteneciendo a la universidad han decidido de forma vocacional hacer un esfuerzo muy grande para hacer investigación competitiva a nivel internacional, tratando de vencer todas las barreras y obstáculos que hay.

-Los científicos aseguran que es más importante el talento que los medios. ¿Ustedes están de acuerdo?

-L. M.: Sí, pero todo es una cuestión de prioridades. Y si no creamos puestos más orientados hacia la investigación va a ser imposible retener a la gente de alta calidad.

-J. L. M.: Lo que hace avanzar los países y la ciencia son las personas, el talento. Entonces, es fundamental recuperarlo si queremos que avance nuestra sociedad.