El Muncyt corrige a Google

nacho blanco REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un «doodle» del buscador reconoció como primer paracaidista de la historia a un francés, pero olvidó la proeza de un andalusí del siglo IX

23 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La hazaña de un culto andalusí del siglo IX que se atrevió a saltar al vacío con un paracaídas primitivo desde la torre de la mezquita de Córdoba ha pasado inadvertida para Google. El buscador de buscadores catapultó al francés como pionero del paracaidismo cuando, desde el Museo Nacional de la Ciencia y Tecnología de A Coruña, sostienen que hubo un precursor del inventor galo. Un andalusí llamado Armen Firman se lanzó al vacío desde las lomas de la ciudad de Córdoba con un rudimentario paracaídas realizado con seda y un esqueleto de madera y, sorprendentemente, se transportó varios metros sin romperse un hueso. Incluso varios miembros de su clan familiar repitieron en varias ocasiones la hazaña de Firman, lo que le reputó una fama considerable en su época.

Google abrió ayer su página con un doodle que rememoraba el primer salto en paracaídas de la historia, un colorista dibujo en el que se veía a André Jacques Garnerin prepararse para utilizar un paracaídas en el París de 1769. Pero Google obvió las intentonas de Firman, un polifacético malagueño que destacó en su tiempo por sus dotes intelectuales y que llegó a ser médico personal del emir Abderramán II en la fastuosa corte de los Omeyas. Firman, en su afán de aventura y de dominio de los cielos, creó un artefacto con tela muy ligera y con plumas semejante al paracaídas. La época del emirato omeya supuso una de las eras doradas de la dominación musulmana en la península ibérica, con la llegada a Córdoba de grandes figuras de la cultura mundial.

Retrato coruñés

La doble sorpresa es que el Muncyt coruñés guarda en su galería de innovadores un retrato del humanista andalusí. Y, además, en este museo se considera a Armen Firman el primer aviador de la historia y paracaidista, tras volar con su rústico «traje» de seda y pluma allá por los años comprendidos entre el 851 y el 853. Firman destacó también en otros campos de la ciencia como la astronomía y creó relojes y clepsidras. Destacó igualmente en las letras, pues fue un gran estudioso de la métrica e incluso llegó a ajercer de profesor de poesía en la corte emiral. Un hombre multidisciplinar que también se interesó por los viajes y visitó Florencia. En España apenas ha recibido su merecida atención. Únicamente su ciudad natal, Ronda, le ha rendido un homenaje al bautizar su club de ultraligeros con su nombre; o la ciudad de Córdoba, en donde uno de sus puentes sobre el Guadalquivir se llama Armen Firman. En el exterior, Libia recordó al genio andalusí con una tirada de sellos y en Irak, su capital Bagdad le ha dedicado un aeródromo.

El Muncyt coruñés ha desterrado dos mitos: que Google siempre atina con su magnífico buscador y que Francia, aunque se lo arrogue, no lo ha inventado todo.