«Todos podemos axudar»

SOCIEDAD

José Manuel Casal

Adrián Verdes, un voluntario malpicán, demuestra que el síndrome de Down es solo un aspecto más en su rica vida personal, laboral y social

09 oct 2012 . Actualizado a las 12:47 h.

El fiestón que le organizaron los compañeros para celebrar su cuarenta cumpleaños explica mejor que ningún discurso lo que significa Adrián Verdes Suárez en el mundillo del voluntariado de Malpica y de toda la Costa da Morte. Su dedicación de más de 20 años, antes a la Cruz Roja y ahora a Protección Civil, queda patente mientras pasea por el puerto malpicán, su hábitat natural y en el que se desenvuelve como en casa. El walkie siempre a mano «polo que poida pasar» y el correspondiente chaleco naranja en una bandolera junto al móvil y las llaves de la base que él se encarga de tener «limpa e presentable» porque «nunca se sabe cando vai facer falta».

Tanto en el servicio de limpieza de Aspaber, que lo acaba de trasladar de Carballo a Malpica, como en Protección Civil, Adrián es siempre el primero en actuar allí donde lo reclaman. «Gústame estar sempre dispoñible -reconoce- porque todos podemos axudar» y aunque lo que más le gusta es la coordinación se presta a colaborar en lo que cualquier compañero le pide.

Esa entrega desinteresada no implica para nada falta de conciencia crítica, y lo sabe bien el anterior alcalde, al que la sacó los colores con una elaborada carta por no acudir a un acto sobre el síndrome de Down. «Se tiveras unha filla coma min seguro que ías», dicen que le espetó al regidor.

Aunque su hermana María es concejala del PSOE, él no se casa con nadie y no hay más que ver su muro del Facebook para comprobar que reparte por igual al margen del color político. Ahora su pelea se centra un conseguir un vehículo para la agrupación, que todos les prometieron pero llevan 15 años esperándolo, y, medio en broma, reconoce que le gustaría quitarle las cuestas a Malpica para «non ter que varrer arriba e abaixo todos os días».

El trabajo, donde lo tratan «de marabilla», y el voluntariado le dan muchas satisfacciones pero también algunos disgustos, como «levantarse ás seis da mañá para ir buscar un primo», que murió ahogado en la costa de Corme en agosto de 1998.

Ya en casa, la vida de Adrián está íntimamente ligada a la de su hermana María -especialmente desde que perdieron a su madre- y ahora también a la de su cuñado Daniel, al que espera ansioso para que lo suba en el barco del que es capitán cuando vuelva de la costera del bonito. «Para min é un verdadeiro regalo que se leven tan ben, porque podíase dar o caso de que non se entenderan ou que se rechazaran, pero todo o contrario», cuenta María, que no tiene más que palabras de agradecimiento por la forma en que todo el pueblo trata a su hermano: «Esta xente -como nos pasa a todos- o que precisa é sentirse útil, que a leven aos sitios e que lle encarguen cousas, porque non hai que pensar que son limitados. Todo o contrario. Quedas realmente sorprendida con cantidade de detalles. Pode sonar raro, pero para nós foi unha sorte ter a Adrián tal e como é, por todo o cariño que nos dá».

EN Malpica UN Viernes DE 17 a 18 horas