Desde aquel primer contacto pasó el tiempo y el presunto estafador no se volvió a comunicar con el taxista de Santa Comba hasta hace unos días, cuando volvió a escribirle diciendo que el patrocinador había aceptado su oferta y que le pagarían por adelantado mediante un cheque.
Todo parecía perfecto hasta que el cheque llegó y Pose comenzó a sospechar, porque el importe no era por los 2.500 euros que él había presupuestado, sino por 13.800. Cuando preguntó le contestaron que se debía a que el patrocinador había pagado por el importe total de la estancia en Galicia de los instructores de tenis y le pidieron que cobrara su parte y devolviera el resto mediante una transferencia.