A-54, ¿una autovía con peaje para Melide?

Natalia Rodríguez Noguerol
Natalia Noguerol MELIDE / LA VOZ

MELIDE

SANDRA ALONSO

Los negocios al pie de la carretera nacional a la que jubilará la vía de alta capacidad Lugo-Santiago valoran en diferente medida su impacto

19 ene 2025 . Actualizado a las 11:48 h.

La apertura del tramo de la A-54 entre Palas de Rei y Melide mantiene expectantes a los vecinos del municipio coruñés. Ni se sabe con certeza cómo repercutirá en el tráfico rodado, que ganará la carretera autonómica AC-840 al ser la de acceso al enlace con la localidad melidense, ni nadie las tiene todas consigo a la hora de apuntar el impacto que tendrá en los negocios situados en la travesía urbana de la N-547, la nacional de la que absorberá la circulación viaria la autovía Lugo-Santiago. A dos semanas vista de la puesta en funcionamiento de la vía de alta capacidad desde Palas —según la última previsión del Ministerio de Transportes— no trascendieron las medidas de seguridad que sentaron en torno a la misma mesa a la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, y al alcalde José Manuel Pérez (Adiante Melide) para contener el colapso viario al que teme el regidor. Los vecinos, en cambio, sí hablan con claridad sobre cómo puede repercutir la apertura del penúltimo tramo de la A-54 en sus trabajos.

La respuesta que ofrecen depende de dónde esté situado el establecimiento. Las hermanas Isabel, Teresa y Carmiña Tarrío regentan, desde hace más de medio siglo, O Burato, la churrería de la localidad. «Penso que non nos vai afectar», afirma, convencida, Isabel, que también tiene muy claro por qué. En pleno centro urbano de Melide, donde se encuentra el establecimiento, «os que pasan non paran, porque non hai sitio onde aparcar», explica. Cuenta la hostelera melidense que el negocio familiar se resintió por la pérdida de clientela de paso, con la reforma, años atrás, del cantón de San Roque. Supuso la eliminación de espacio disponible para estacionar y, desde entonces, «foi a menos», asegura. Antes, «cos autobuses que ían para o San Froilán a Lugo e para feira de Monterroso, temos feito días como os das festas de San Roque», recuerdan las hermanas.

Los clientes que tienen desde que abren poco después de las seis de la mañana «é toda xente que traballa por aquí», comentan. La inminente apertura de la A-54 desde el vecino municipio lucense de Palas de Rei y la posterior, prevista para este año, del tramo hasta Arzúa no preocupa en exceso a Isabel, Teresa y Carmiña Tarrío. «Vai sentirse máis se para o Camiño de Santiago; daquela, Melide morre totalmente», sostiene la primera.

En la travesía de la N-547 a su paso por Melide también está la raxería que regenta Suso Ramos. A unos 300 metros del cruce de carreteras que define el centro urbano, donde se encuentra el establecimiento, sí hay sitio para aparcar, aunque, pasado el mediodía, ya empieza a complicarse. De una a cuatro de la tarde, «hai traballo seguido», comenta este veterano hostelero melidense, que trabaja, además de con carta, con menú del día, llenando hasta la bandera el comedor del establecimiento. Y, entre esa clientela diaria, sí tiene «habituais que paran, tanto particulares, como profesionais», cuenta, convencido, así, de que la apertura de la A-54 en los tramos de Melide «si nos vai afectar. O tránsito —explica— vai parar de vir, ou ter que vir a propósito, pero xa non é o mesmo». El gerente de Raxería Parrillada Ramos no está, ni mucho menos, desesperanzado, porque «Melide é unha vila grande, con comercio e actividade tamén os domingos. Se fora pequeno —sostiene— desaparecería».

SANDRA ALONSO

El adiós de los obreros sí se notará, y seguro, en la caja

Con ellos ya no contaban como clientes hasta que empezaron las obras, con lo que nadie fio el futuro del negocio a su permanencia en la localidad. Supusieron, eso sí, un extra, aunque con los días contados. Los operarios que trabajan en la construcción de los dos últimos tramos de la A-54 —los que vertebran el municipio melidense— supusieron un revulsivo para el comercio y para la hostelería locales, e, incluso, para los particulares. Porque «hai moitos pisos alugados», cuenta Isabel Tarrío. La churrería que atiende con sus hermanas en el centro urbano de Melide se beneficia, entre otros muchos locales de hostelería de la localidad, de la estancia temporal de los obreros de la autovía —«algún vén tomar café», comenta— pero, en mayor medida, repercuten en la pensión y en el hotel que también son propiedad de la familia. «O obreiro estanos levantando este mes, que é fatal», reconoce la hostelera.

Los trabajadores de las empresas adjudicatarias de los dos tramos en obras de la A-54 también son clientes habituales de Suso Ramos. «Temos moitos obreiros da autovía para comer; levan anos», cuenta el hostelero melidense, que, además de servirles la comida en el comedor, les prepara el menú para llevar. Su parrillada no es el único negocio de hostelería que hay en el tramo de la carretera N-547 que verá notablemente reducido el tráfico rodado cuando, desde finales de mes, estén operativos los 12 kilómetros que unen Palas de Rei y Melide por autovía.

Más próximas al centro urbano, hay dos pulperías y varias cafeterías, y desde la raxería de Ramos hacia las afueras de la localidad, otra parrillada, un hotel con restaurante, y una gasolinera. Es de Repsol, y, según fuentes de la compañía, la principal clientela «es de la zona», y el objetivo pasa por «seguir dando servicio tanto a particulares como a profesionales del entorno, y no tanto a gente de paso».