Seis usos de la inteligencia artificial que se pueden llevar ya a los centros educativos

Olga Suárez Chamorro
Olga Suárez REDACCIÓN

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Los ordenadores y las tabletas son ya una parte más del material educativo
Los ordenadores y las tabletas son ya una parte más del material educativo iStock

Las nuevas herramientas de generación de contenidos facilitarán una formación más innovadora, flexible y ajustada a las necesidades del estudiante; pero conllevan también riesgos como la dependencia tecnológica, la vulnerabilidad de la privacidad o la desinformación

19 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«La profesora de matemáticas no nos pone deberes porque sabe que vamos a hacerlo con inteligencia artificial», explica una alumna de segundo de la ESO. Sin embargo, una estudiante universitaria cuenta que los profesores les indican que pueden recurrir a esta tecnología generativa para poder desarrollar sus proyectos con mayor cantidad de fuentes. ¿A qué se deben estos dos mundos distanciados dentro de la educación? Posiblemente a dos factores: por un lado, la falta de madurez entre una alumna adolescente y otra ya adulta y, por el otro, el desconocimiento de un profesorado hacia una herramienta que acaba de llegar, frente al avance que llevan desde hace unos años haciendo en el ámbito universitario.

Lo cierto es que la proliferación de nuevas herramientas de inteligencia artificial generativa ha provocado una disrupción en diferentes ámbitos, y el panorama educativo no ha sido ninguna excepción. La gran popularidad y facilidad de uso de estas tecnologías, combinada con las enormes posibilidades que ofrecen, ha dado paso a una serie de herramientas y aplicaciones que obligan a replantear el desarrollo pedagógico. Y es desde el ámbito universitario de donde llegan las principales tendencias que involucran a esta nueva tecnología en el entorno docente, y que se verán en las aulas ya en este curso: «Son cambios que aportarán nuevas posibilidades de mejora del proceso educativo, pero que también tienen asociados algunos riesgos sobre los que hay que estar advertido», alertan Desirée Gómez Cardosa y Guillem Garcia Brustenga, expertos en detección y análisis de tendencias del eLearning Innovation Center de la Universitat Oberta de Catalunya

Uno de los cambios más espectaculares que traerá será la generalización de la IA para crear vídeos de avatares, que pueden ser protagonizados por personas reales o ficticias, con un lenguaje natural en diferentes idiomas. Gracias a herramientas de producción como HeyGen o Synthesia, estas representaciones humanas generadas por ordenado «ayudarán a ofrecer una experiencia educativa más personalizada y accesible a escala global», destacan los investigadores; y citan como ejemplo la creación por parte de los profesores de avatares suyos que den clase en el idioma nativo de todos los alumnos, aunque en realidad no lo hablen.

En segundo lugar, está la adopción de esta tecnología generativa por parte del profesorado como apoyo para la preparación de asignaturas en diferentes fases del proceso educativo. Los chats conversacionales, como ChatGPT, y herramientas como ChatPDF ayudarán a planificar el curso, buscar e indexar información, perfilar propuestas metodológicas o sugerir recursos educativos en línea.

En tercer lugar, los investigadores pedagógicos de la UOC detectan un interés por avanzar en la aplicación de la IA en la docencia con la aparición de empresas emergentes que desarrollan interfaces de programación de aplicaciones dirigidas al campo de la educación, y que buscan ofrecer servicios innovadores y específicos para la educación. Esto abre la puerta a añadir un grado de automatización a tareas como la creación de contenidos, la evaluación de los estudiantes y la gestión de las clases. Además, se están desarrollando nuevas aplicaciones que permiten a cualquier usuario crear herramientas educativas de IA personalizadas, lo que aumenta la democratización de la educación asistida.

La cuarta tendencia que se podrá aplicar este mismo curso y que ayudará a convencer a los docentes más analógicos tiene que ver con la integración inevitable de la IA en los estudios artísticos como una herramienta más de creación para elaborar obras innovadoras y, hasta ahora, imposibles o para hacer tareas de asistencia en el proceso creativo. Midjourney, DALL·E o Runway son algunas de las plataformas que ya permiten trabajar en la creación de imágenes y de vídeo para generar obras de arte visual de alta complejidad y que cada vez son más utilizadas por una base de profesionales especializados en estos ámbitos artísticos que no para de crecer.

En quinto lugar destacan la posibilidad de realizar experiencias de aprendizaje personalizadas: el aprendizaje adaptativo basado en la inteligencia artificial y en la actuación del estudiante llegará al sector educativo como una fusión de tecnologías avances y metodologías pedagógicas fundamentada en la explotación de datos. El objetivo es optimizar la educación en función de las necesidades únicas y la evolución de cada estudiante, lo que permitirá crear o adaptar materiales y experiencias de aprendizaje de manera personalizada.

Por último, la última tendencia tiene que ver con la creación de recursos de aprendizaje de diferentes maneras, lo que ahorra los esfuerzos de materialización. Algunas de estas posibilidades son apoyar a la hora de crear infografías; generar presentaciones de diapositivas con herramientas como SlidesAI o Tome, o contribuir a la creación de glosarios. Todo ello ayudará a los docentes a reducir la externalización y los costes, así como a ahorrar tiempo en la elaboración de los contenidos. 

Pero, como todo, estos avances en positivo conllevan también riesgos que no hay que olvidar: «Es necesario garantizar la responsabilidad en el uso de estas nuevas tecnologías, así como fomentar la alfabetización en IA y el acceso equitativo para reducir la brecha digital que podría llevar asociada», apunta Gómez Cardosa. Y advierte que, más allá de los beneficios, la automatización de ciertos procesos y la delegación de decisiones en la inteligencia artificial puede comportar algunos riesgos. Principalmente, destaca una delegación excesiva en la IA de tareas propias de los docentes, el peligro de que los sesgos de los algoritmos afecten a la calidad de los materiales generados y que, dada la ebullición del sector y la aparición de nuevos agentes, los datos personales puedan estar en peligro. Además, hay otros riesgos más específicos, como el hecho de que la sofisticación de las herramientas para crear avatares o replicar voces puede dar pie a la desinformación o la suplantación de la identidad, o que la integración de la IA en el proceso artístico cuestiona cómo se establece la propiedad intelectual y puede obligar a redefinir el concepto del proceso creativo.

«La inteligencia artificial generativa puede ser una herramienta muy potente y transformadora, pero también plantea desafíos importantes y no podemos permitir que una dependencia excesiva haga menguar el valor de la interacción humana y el pensamiento crítico en la educación», subrayan. y abogan por la colaboración entre docentes, estudiantes y desarrolladores, que será clave para una integración exitosa de estas nuevas posibilidades en la educación. «El equilibrio entre la tecnología y la humanidad será clave para aprovechar plenamente el potencial de la IA».