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Rapidshare, uno de los principales servicios de descarga directa, dice adiós

La Voz REDACCIÓN

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Rapidshare
Rapidshare

El servicio utilizado masivamente durante años por internautas para descargar contenido con copyright, había aplicado fuertes medidas antipiratería, que lo dejaron sin apenas usuarios

11 feb 2015 . Actualizado a las 17:36 h.

El servicio de alojamiento de archivos Rapidshare, uno de los servicios más populares de Internet, cerrará sus puertas el próximo 31 de marzo del 2015. Ese día, todos los datos y archivos almacenados en sus servidores se eliminarán, por lo que, en un mensaje en la página de inicio de su web recomienda «fervorosamente a los clientes que recuperen y guarden sus archivos», ya que todas las cuentas que se habían creado hasta ahora no volverán a ser accesibles.

Rapidshare indica que, en el caso de las personas suscritas a las extensiones Standard Plus y Premium, estos servicios dejarán de estar disponibles un mes antes, el 28 de febrero.

La empresa creada en el 2002 por Christian Alexander Schmid, con origen en Alemania, tiene su sede en Suiza, a donde se trasladó por ventajas fiscales y legales. Tuvo un éxito indiscutible entre los internautas y llegó a colocarse entre las páginas más visitadas de la Red, con cientos de millones de visitantes diarios.

Su servicio, destinado al almacenaje y distribución de archivos a través de Internet de forma sencilla y accesible, pronto se topó con problemas derivados con los derechos de autor. Y es que, aunque en su origen se pretendía una mayor facilidad a la hora de compartir archivos y guardarlos en Internet, la página se convirtió rápidamente en uno de los paraísos de la descarga directa, entre cuyos archivos, el material con copyright era mayoría.

Junto a Megaupload, Rapidshare consiguió un importante éxito antes del cambio de década, en la época dorada de la descarga directa que, aprovechando unas conexiones a Internet más estables, conseguía hacer sombra al hasta entonces omnipresente sistema de P2P, ejemplificado en las plataformas eMule o Ares. Pero, de forma semejante a lo sucedido con la empresa de Kim Dotcom, con el éxito llegó también el chaparrón de demandas.

En muchas, sin embargo, Rapidshare tuvo éxito, ya que algunos tribunales consideraban que el portal no podía ser juzgado por el contenido de los archivos que subían sus usuarios. Y la empresa decidió erigirse en enemigo de la piratería, con una batería de medidas drásticas para limpiar sus servidores de materiales que infringieran los derechos de autor, una iniciativa valorada como «suficiente» por la justicia alemana.

El mensaje de «Este contenido ha sido eliminado por infringir los derechos de autor» empezó a multiplicarse y su número de usuarios se redujo de forma inversamente proporcional. Rapidshare, a pesar de haberse beneficiado brevemente de los usuarios llegados del «fallecido» Megaupload, y solo unos años antes de ser una de las páginas más visitadas de toda la Red, se estaba quedando sin usuarios.

Así, sus acciones antipiratería y las demandas acabaron por infringir una herida mortal al portal otrora idílico para los piratas informáticos y, ya en 2013, su crisis le obligaba a despedir a tres cuartas partes de la plantilla. El final estaba cerca.

Rapidshare no ha dado explicaciones claras sobre las razones de su cierre, pero sus vaivenes en los últimos tiempos no dejan muchas dudas sobre las principales causas. Muchos ya se preguntan cuánto falta para el fin de la descarga directa.