La masa enfurecida

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OCIO@

16 may 2014 . Actualizado a las 10:47 h.

Nadie debería de alegrarse de una muerte o festejar un asesinato. Ni en la barra de un bar, ni en las tertulias del Sálvame, ni en las redes sociales. Pero así somos los seres humanos. Imperfectos. Insultantes. Incorrectos. Tanto en la vida real como en la virtual. Y en esta última, cualquier burrada, iniquidad o exabrupto deja huella.

Nadie pide que se cierren los bares o que se procese a los sanedrines de barra que dictan sentencia de forma injuriosa. ¿Por qué el Gobierno pretende limitar la libertad de expresión en Twitter? El cruel asesinato de Isabel Carrasco ha puesto en la diana a unas redes sociales que ya están sujetas al imperio de la ley. Y donde mucha gente debate, discute y discrepa. Pero de manera responsable y civilizada. Muchos otros no.

Son la masa enfurecida que no respeta a nada ni a nadie, que no entiende de siglas. Son los mismos que amenazaron de muerte al socialista Fernández Vara, los que le han hecho la vida imposible a Pilar Manjón o los que acosan con encono a los que no piensan como ellos. ¿Hace falta una ley mordaza que afecte a los buenos? No. Solo hay que ignorarlos. Son trolls, son propagandistas (a lo Goebbels), se alimentan del odio y, ojo, beben muchas veces de argumentarios políticos.