El techo jamaicano del Peixe

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

OSCAR VíFER

Vashil Fernández debutó el pasado sábado en A Raña después de estar casi un mes esperando por el visado para poder instalarse en Marín

25 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El techo del Peixe apenas habla español. No es el primer año que está en España, pero para Vashil Fernández una temporada en Huesca no fue suficiente. En este tiempo se ha dedicado a jugar al baloncesto y remar para que su equipo llegue a lo más alto. Ahora le ha surgido la oportunidad en Marín. Da gracias a Dios por poder pisar cada día A Raña. «Agradezco a Dios la oportunidad de jugar aquí a algo que adoro, es una bendición», explica Vashil, que el pasado sábado disputó su primer partido con el equipo peixiño. Problemas con el visado impidieron que estuviese en el inicio de liga, lo que supone un hándicap en estos primeros compases. Con sus 2.08 metros, el pívot jamaicano es el jugador más alto del equipo y un verdadero muro a la hora de defender. Aunque el partido ante el Aquimisa no tuvo el mejor final, Vashil asegura que «creo que puedo aportar mucho en defensa e incluso ofensivamente». Antes de empezar la sesión física en el gimnasio de Marín, el jamaicano reconoce que la del sábado fue «una derrota muy dura, pero estoy seguro de que mejoraremos».

Jugó 18 minutos ante el conjunto zamorano y anotó ocho puntos después de arrancar el encuentro algo desorientado sobre la cancha y ganando en confianza a medida que pasaban los minutos. El club espera que vaya subiendo su participación hasta convertirse en esa muralla que está llamada a ser. Todavía no le ha dado tiempo. El año pasado en el Levitec Huesca, de LEB Oro, Fernández anotó 71 puntos en los 20 partidos en liga regular que disputó, ahora espera seguir engordando su palmarés. «Estoy adaptado al juego español, pero todavía tengo que conocer al técnico, cada entrenador hace las cosas a su manera», explica Vashil, que todavía se siente algo perdido en Marín. Reconoce que de Galicia solo sabía que era tierra de marineros, pero si hay algo que le «sorprendió» de esta villa morracense es «que no hay mucho que hacer en el pueblo».

Todavía no ha cumplido un año en España. Al Huesca llegó en la Navidad pasada y después de una temporada en Aragón recaló en Marín. Con 26 años, asegura que lleva ya doce jugando al baloncesto, aprendió en la Universidad de Valparaiso (Chile), donde estuvo entre el 2011 y el 2016 antes de militar en el Sioux Falls Skyforce de Dakota del Sur. De ahí saltó a Carolina del Norte, donde después de jugar unos meses en Greensboro Swarm cruzó el Atlántico animado a hacer carrera en Europa. Está demostrado que Marín es una buena plataforma para crecer, como le ocurrió ya a los americanos Charles Hale Edmenson y Desmond. Ambos debutaron en España y el éxito del Peixe el año pasado en Liga EBA los llevó de la mano a equipos más grandes.