El fuel lo impregna todo en Ons. En el mar y en la tierra. El ministro de Defensa, Federico Trillo, pudo hacerse ayer una idea de cómo está la isla en una veloz visita que realizó para inspeccionar los trabajos a cargo de los soldados de infantería de marina del Galicia y el Pizarro.
23 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.El titular de Defensa escuchó con atención las explicaciones de los soldados y sus mandos en la playa de Pereiró. «Esto se limpió ayer y hoy tuvimos que comenzar de nuevo porque la marea trae más fuel a la arena», explicó el oficial de mayor graduación en este operativo a Trillo. El ministro sigue serio mientras recorre las tres cadenas humanas que suben el chapapote en sacos y capachos desde el fondo del acantilado. La sonrisa sólo atisba en su cara al hablar con los soldados. «¿De dónde son ustedes?», pregunta. «De Cádiz», le responden. «Sigan así están haciendo un trabajo extraordinario». Minutos después, ante la tercera fila de soldados en plena faena, bromea con ellos y les anima. «¡Os prometo un buen permiso!», les aseguró. En menos de diez minutos tras su llegada, Trillo atendió a la prensa. «El ejército está realizando un esfuerzo que va al máximo de sus capacidades. Lo vamos a sostener mientras haya un solo centímetro de chapapote en Galicia», concluyó. Después, en un jeep, se dirigió al helipuerto de Ons, donde se embarcó rumbo a Pontevedra para comer con Fraga en la Brilat. Pero en Ons, el comienzo del cambio de la marea amenazaba Pereiró con una nueva capa de fuel. Los soldados también estaban cansados. Ayer no pudieron tener el refuerzo de voluntarios porque el mal tiempo impidió a los barcos traer la solidaridad civil a Ons desde los puertos de Bueu y Portonovo. En la isla, la catástrofe lo envuelve todo: el muelle donde están amontonados docenas de capachos y sacos con fuel; las rocas, teñidas de un negro oscuro difícil de retirar; las playas, donde se observan aquí y allá jirones de manchas negras; y los caminos, convertidos en barrizales del chapapote, con un constante trasiego de los escasos tractores y camiones, trayendo y sacando el fluido contaminante.