«La gente cogerá miedo a ir a los bares»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Manuel Gómez, propietario del Piko Loko, en A Ponte y que cerrara la zona de restaurante de su negocio
Manuel Gómez, propietario del Piko Loko, en A Ponte y que cerrara la zona de restaurante de su negocio MIGUEL VILLAR

Aluvión de ERTE y de despidos en la hostelería ourensana. El Piko Loko, en A Ponte, sucumbe y cierra el restaurante. Continuará con la pizzería cuando pase la alarma

03 abr 2020 . Actualizado a las 15:06 h.

En la provincia de Ourense hay 2.816 establecimientos de hostelería y de turismo. Los bares y los restaurantes estarán cerrados, como mínimo, un mes y eso no hay cuenta de resultados que lo soporte y más en un sector que siempre está acostumbrado a vivir al fijo de la navaja. En este escenario, todos los locales que contaban con empleados a su cargo han optado por acogerse a un ERTE por fuerza mayor, lo que supone una garantía para los empleados, pero que no soluciona la papeleta a los dueños, que ven como se quedan sin ingresos pero como siguen llegando facturas de gastos corrientes y proveedores.

El aluvión de ERTE, y también de despidos, en la hostelería ourensana es una realidad. Detrás de cada caso hay un rostro. Restaurantes consolidados, pequeños negocios de éxito o proyectos que se abrían un hueco en sus primeros pasos. Todos por igual sufren los efectos de esta crisis que se ceba especialmente con el sector servicios. En el barrio de A Ponte este jueves estaban de mudanza en el conocido local de comida rápida Piko Loko. Sus pizzas y sus platos se habían hecho un hueco entre las preferencias del barrio, en sus dos locales situados al lado del puente Romano. Uno de ellos era de alquiler. Se trataba de la zona de restaurante que, tal y como confirma su propietario, ya no volverá a abrir. Cuando la tempestad amaine, Manuel Gómez reabrirá pero ya solo con la pizzería y la tapería, toda vez que es un local que tiene en propiedad. Ha aplicado un ERTE para sus cinco empleados y dos contratos que tenía en período de prueba ya no seguirán. «Empecé con 14 años en la hostelería y tengo 61. Es la peor situación que he vivido, porque ya veníamos de una época complicada. Esto va a hundir a muchos hosteleros, porque la gente cogerá miedo a ir a los bares y a los restaurantes durante un buen período de tiempo», señala.

El propietario de Piko Loko sostiene que hasta el verano no se recuperará cierta normalidad y que eso supone perder una parte importante de la temporada en locales como el suyo, que tienen en la terraza uno de sus potenciales. A la hora de buscar soluciones a la crisis que se avecina en el sector, Manuel Gómez apunta al precio de los locales: «El precio de los alquileres en una ciudad como Ourense es abusivo. Los propietarios tendrán que mirarlo y adaptarse a la nueva situación. Son una carga inasumible».

Manuel Gómez cerró temporalmente este jueves la persiana tras estar unos días con el servicio a domicilio operativo: «No daba ni para pagar la cuota de la Seguridad Social».