No podemos perder el 2023

josé lópez-tafall DIRECTOR GENERAL DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE FABRICANTES DE AUTOMÓVILES Y CAMIONES (ANFAC)

OPINIÓN

CESAR TOIMIL

30 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector de la automoción y su industria están plenamente comprometidos con los objetivos de descarbonización que marca la Unión Europea y aceptan el reto de transformar por completo su tecnología y modelo de negocio. En solo trece años, se pasará de un modelo de venta de vehículos de combustión a automóviles cero emisiones. 

Todos los grupos automovilísticos han anunciado su compromiso para cumplir con la obligatoriedad de vender coches no contaminantes, en su mayoría eléctricos de batería, desde el 1 de enero del 2035, como exige la Unión Europea con el compromiso del Gobierno español.

Este compromiso es más exigente para España dado que somos el segundo país productor de automóviles de Europa. Si queremos seguir siéndolo y convertirnos en un hub de la electromovilidad en Europa, no podemos perder el 2023, ni el 2024, ni el 2025. Para llegar a las cero emisiones en el 2035 urge tomar medidas que aceleren la venta de vehículos electrificados (eléctricos puros e híbridos enchufables).

En el 2022, la cuota de mercado de este tipo de vehículos en Europa se acerca al 20 %. Países como Alemania, Francia o Portugal la superan. España cerró en el 9,6 %. Existe una brecha de más de diez puntos que indica que Europa se electrifica a dos velocidades y nuestro país está en la más lenta.

Es necesario actuar ya. A este ritmo de venta de electrificados, no vamos a cumplir los objetivos de reducción de emisiones. Las marcas de automóviles han puesto en el mercado ya más de 200 variantes de modelos híbridos enchufables y 100 % eléctricos. Existe la oferta. Cierto es que los precios son más elevados que sus modelos equivalentes de combustión o híbridos convencionales. He aquí la importancia de las ayudas públicas. El ciudadano y las empresas necesitan percibir que comprar un vehículo electrificado no solo reduce emisiones sino que le resulta sostenible para sus cuentas y fácil de comprar.

Por eso, desde Anfac le hemos propuesto al Gobierno que, más que subvenciones, los incentivos a la compra de vehículos electrificados sean ayudas directas sin que sean tributables en el IRPF. Así ocurre en diferentes países de Europa y vemos que funciona porque se reciben en el acto de la compra. En España se tardan meses en recibir la subvención y exige demasiados trámites burocráticos; aspectos que desincentivan su compra.

Las empresas en España no tienen prácticamente bonificaciones fiscales para cambiar sus flotas de combustión por unas electrificadas. Exención del pago del IVA como aplica Portugal, bonificación en IRPF y en el impuesto de sociedades son medidas aplicadas en países de la UE que resultan efectivas.

El sector del automóvil acepta el reto. Ahora es necesaria la implicación del resto del ecosistema de la nueva movilidad. España no cuenta con una red de infraestructura de puntos públicos de recarga rápida suficiente. Es una cuestión de Estado. Tenemos 17.000 postes y deberíamos contar ya con 45.000. Y ocho de cada diez son de carga lenta. El Gobierno debe marcar objetivos vinculantes y anuales en el impulso de la infraestructura de recarga rápida que facilite el uso de turismos y vehículos de mercancías cero emisiones.

Estamos a tiempo, pero no podemos perderlo. No podemos perder el 2023.