Una Comisión seria y responsable, por favor
OPINIÓN
Leíamos ayer en La Voz una curiosa contraposición de información sobre la polémica en torno al cierre a la pesca de fondo de 87 áreas. Por un lado, la representante de la Comisión Europea en España se dirigía a los lectores y al sector pesquero reiterando las maravillas del acto legislativo que tanto está dando que hablar. Decía que todo se hacía en nombre de la ciencia y amparado por la misma. Por otro lado, leíamos las claras declaraciones del jefe de Pesquerías del Instituto Español de Oceanografía, un científico por si no es obvio, dejando claro que la Comisión Europea ha retorcido un informe científico de alta calidad y lo ha aplicado de una manera que solo se puede calificar de tendenciosa, adjetivo mío.
Sigue empecinada la Comisión en defender la excelencia de su trabajo, inmune a las evidencias de su chapuza, sorda a las peticiones de que se aclare cómo debe de aplicarse un reglamento que entra en vigor el próximo domingo. Nos dicen que solo se aplicará en profundidades mayores de 400 metros, pero siguen sin explicar cómo hacerlo dentro de las cuadriculas de cierre publicadas. Nos dicen que se mantienen abiertas las zonas más productivas gracias al modelo aplicado, pero no explican por qué se ha incluido las artes fijas de manera discrecional y fuera del criterio científico; es más, se ignoran los comentarios de estos científicos señalando lo inadecuado de la medida. Nos dice que se ha usado la mejor ciencia, pero siguen sin explicar por qué se ha desestimado el que realmente es un trabajo puntero en España a la hora de determinar qué zonas hay que cerrar en nuestras aguas. Tampoco por qué si se busca la excelencia se usan datos de hace 11 años, cuando la ley pesquera comunitaria era diferente.
Los de la pesca también somos ciudadanos de la UE y nos sentimos insultados por el trato recibido, por la falta de voluntad de solucionar un problema que nada tiene que ver con la protección del medio ambiente y sí con la medianía de un grupo de funcionarios. Dicen que tuvimos seis años para prepararnos cuando el acto se hizo publico en primavera. No pretenderán que anticipemos la chapuza. Y para rematar, nos ofrecen el dinero de los impuestos a los ciudadanos europeos para que no suframos tanto por su mal trabajo, pero no ofrecen enmendarlo.