Libertad de expresión

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

12 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años que estaban en el punto de mira de los islamistas más radicales y también de los que no lo son. Sus caricaturas criticaron con crudeza el fanatismo que se está adueñando de la mente y la voluntad de una gran masa de musulmanes. Su forma de ejercer la libertad de expresión y denunciar el radicalismo les granjeó enemigos, sobre todo entre aquellos que no saben encajar la crítica ni aceptar que cada uno es libre de expresarse en su país de acuerdo con los derechos que su legislación le otorgue.

Pero, aunque su sede parisina ya había sido objeto de un ataque anterior, nada hacía presagiar la masacre que tuvo lugar el miércoles por la mañana, cuando tres hombres armados provocaron la muerte de doce personas, dos de ellas policías, e hirieron varias más. Este ataque, que ha tenido como secuela la masacre en el supermercado judío, ha sido la peor agresión terrorista sufrida en Francia, el país que más refugiados políticos e ideológicos ha acogido a lo largo de la historia. Un país que ha hecho del respeto, la tolerancia y la libertad de expresión un ejemplo para el mundo.

Este sangriento intento de aterrorizar a los ciudadanos para coartar el ejercicio de la libertad de expresión de un país europeo, democrático y laico, lejos de lograr su objetivo, ha levantado una ola de indignación y rabia que solo agravará las cada vez más difíciles relaciones entre las religiones. No sorprende que, tras lo ocurrido, otros fanáticos de signo contrario aprovechen esta masacre para ganar más adeptos islamófobos. Estos atentados, además, parecen un toque de atención por la ruptura de la colaboración antiterrorista entre Francia y Marruecos.

El yihadismo quiere que nos sometamos a su dictado del terror, sin ser conscientes de que Europa puede ser generosa pero también sabe defenderse cuando es agredida. Y ya va siendo hora de que lo haga, porque es nuestra forma de vida la que está en juego.