Sobre lo malo y lo normal

X. ARMESTO FAGINAS

OPINIÓN

20 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

NI BEIRAS ni Pérez Touriño se enteraron todavía de que «lo normal en las sociedades humanas es que las cosas marchen mal. Entendamos: no del todo mal, pero, desde luego, tampoco del todo bien». Magister dixit . A la hora de enjuiciar la ignorancia de ambos, hay que aducir en su defensa que cuando se emitió la entrecomillada sentencia, don Xosé Manuel tenía sólo once añitos y don Emilio aún no había venido a este mundo. Pero también hay que indicar, para censurar su injustificada presencia en Babia, que tiempo han tenido de beber en fuentes autorizadas, para seguir la buena senda parlamentaria. A mí no me parece mal que Beiras y Pérez Touriño sepan por Joan Manuel Serrat de alguien que «le llamaban Manuel, nació en España». Tampoco me contraría que conozcan hasta el más mínimo detalle de la vida de este desheredado; por ejemplo, que «su casa era de barro, de barro y caña», y que tengan igualmente presente que «mendigo a jornal fijo como él no hubo» y que de él y de su esposa se dijera que «nunca nada fue suyo, nada tuvieron». Pero Beiras y Touriño, deberían saber lo expresado por el maestro: que «lo normal en las sociedades humanas es que las cosas marchen mal». Hay, además del Manuel de Serrat, otros de igual nombre de pila a tener en cuenta; Manuel Fraga, por ejemplo, ya que a él corresponde ese sentencia sobre lo que es normal en la sociedad. De haberlo sabido a tiempo, Beiras, Pérez Touriño, los hombres y mujeres del ¡Nunca máis! , la gente marinera, los voluntarios que andan por playas y rocas, los periodistas que hemos ejercido la crítica mostraríamos resignación. La misma resignación que debería mostrar Cuíña si don Manuel daña su culo con perdigones, como dañó el trasero de Carmen Franco. ¿No quedamos en que lo normal es que las cosas marchen mal?