El experimento alemán, una renta básica a cambio de nada

Pablo L. Barbero

MERCADOS

CHRISTIAN MANG

El proyecto, integrado por 122 personas y financiado con donaciones privadas, trata de analizar cuáles son los pros y contras de recibir incondicionalmente durante tres años 43.200 euros

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Imagínese cobrar 1.200 euros al mes por no hacer nada. ¿Cómo cambiaría su vida? ¿Emprendería un proyecto? ¿Se iría de vacaciones continuas? ¿Sería más feliz? Estas mismas preguntas tratan de responderse desde el pasado 1 de junio los 122 integrantes de un experimento que se acaba de poner en marcha en Alemania y que les proporciona esa suma de dinero de forma incondicional. El grupo se seleccionó entre más de dos millones de candidatos, deseosos de cobrar durante tres años 43.200 euros libres de impuestos. Solo deben rellenar siete cuestionarios en los que responden sobre su experiencia, inquietudes y la forma en que ese dinero les ha cambiado la vida.

Los elegidos son libres de hacer con el dinero lo que les venga en gana, independientemente de si están parados o tienen ingresos por otras vías. Los impulsores de Mein Grundeinkommen (traducido «Mi Renta Básica»), como se llama esta asociación, quieren demostrar los efectos que produce en la población recibir una cantidad mínima periódica. El alemán Michael Bohmeyer, de 36 años, impulsó el proyecto en el 2014, que ha ido creciendo y tiene ahora 30 profesionales. La iniciativa se financia con donaciones (5,2 millones de euros procedentes de 140.000 donantes privados), y lo supervisa el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), con sede en Berlín. Los creadores de este proyecto creen que este ingreso haría que la gente no sintiera presión por tener que buscarse la vida para sobrevivir, lo que ahorraría estrés e impulsaría una mejor calidad de vida. Las personas serían más libres, creativas y felices. «Analizamos lo que hace la gente cuando tiene seguridad material durante tres años», dice el director del estudio, Jürgen Schupp. También inciden en el mito de la holgazanería. «Quizá los beneficiarios del ingreso básico sean más valientes en sus decisiones, por ejemplo, a la hora de iniciar su propio negocio o cambiar de rumbo laboral», asegura Schupp. Para él, la clave del estudio está en entender la conducta humana en caso de quedar cubierto un mínimo poder adquisitivo. «¿Gastan el dinero o lo ahorran como reserva financiera? ¿Dejan de trabajar o trabajan menos? ¿Se vuelven más sociales y donan más?», se pregunta. Por su parte Michael Bohmeyer, de la asociación Mein Grundeinkommen, admite que habrá que esperar a ver los resultados del estudio «Por supuesto, este proyecto piloto también puede demostrar que el ingreso básico no tiene el efecto que suponemos», admite. El debate sobre una renta básica universal siempre ha estado cargado de polémica y de ideología. Numerosos críticos lo asocian con ideas utópicas de la izquierda que llevaría a la gente a no querer trabajar, con el consecuente derrumbe de la economía. Los defensores, por su parte, alaban los aspectos positivos en la conciliación familiar, la crianza de los hijos o el cuidado de los mayores. Otro aspecto es cómo se comportaría el conjunto de la economía en tal caso. ¿Habría mucha inflación? ¿Cuánto habría que subir los impuestos y cómo se obtendrían? El experimento deja muchas preguntas en el aire y 122 afortunados con una paga incondicional.