Las oficinas no han muerto

MERCADOS

SANDRA ALONSO

Casi siete de cada diez empleados que trabajan en remoto se sentirían cómodos con el regreso a su puesto: los expertos recomiendan un modelo flexible para poder atraer talento

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los más agoreros hablaban de que la pandemia se había convertido en una herida mortal para las oficinas de todo el mundo. Eran muchas las voces que vaticinaban el final definitivo de los lugares de trabajo más tradicionales. No en vano, el auge que experimentó el teletrabajo durante los meses más duros del coronavirus, anunciaba una auténtica revolución. Porque según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2019 tan solo un 4,8 % de los ocupados utilizaban la fórmula del empleo en remoto para desarrollar su trabajo. Pero las cosas cambiaron. Y mucho. En los peores momentos de la crisis del covid-19, con el confinamiento marcando la actualidad, esa cifra se multiplicó de forma sorprendente. Algunos informes apuntan a que este porcentaje llegó a alcanzar picos del 34 %. Y aunque con el paso del tiempo, y la vuelta de la nueva normalidad, también redujo esas cifras, lo cierto es que el teletrabajo ha venido para quedarse.

Pero esto no implica la muerte definitiva de las oficinas prepandemia. En contra del futuro que muchos vaticinaban, los espacios de trabajo no se extinguirán en los próximos meses. Al menos eso es lo que defienden expertos como Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Según esta experta, «son exageradas estas afirmaciones, la mayoría de las empresas mantendrán sus oficinas». Aunque, eso sí, se les dará un uso más flexible.

Según una encuesta realizada a 4.000 trabajadores, el 69 % de los empleados remotos se sentirían cómodos al regresar a su lugar de trabajo. Aunque, hay que tener en cuenta, que ocho de cada diez afirman que disfrutan realizando sus quehaceres laborales de forma remota: «Entramos en la era de la flexibilidad, no hay duda, y las empresas tendrán que adaptarse si quieren contar con los mejores», explica Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. Aquellas que no estén dispuestas a flexibilizar sus fórmulas de trabajo sufrirán. Porque el 76 % de los empleados aseguran que si tuvieran que ponerse manos a la obra y buscar un nuevo puesto, se decantaría por uno que les ofreciera la opción del teletrabajo. Y aquellas que no se dejen convencer por esta fórmula tendrán muy difícil atraer talento por no contar con una política de conciliación flexible o a medida del trabajador: «La gente no querrá trabajar en según qué condiciones», advierte Fernández Jaria.

Los empleados lo tienen claro: ni teletrabajo permanente, ni estar atados a la oficina. La inmensa mayoría de la masa laboral optaría por un modelo híbrido, una opción que de hecho será predominante en todos aquellos puestos que ya permitan el teletrabajo. De hecho, algunos de los estudios elaborados estos últimos meses demuestran que los trabajadores quieren seguir teniendo la opción de trabajar en remoto un día a la semana (como mínimo), mientras que la mayoría añaden que lo ideal sería poder ejercerlo entre tres y cuatro días. Según explica Jaria, los encuentros presenciales van a seguir siendo necesarios, pero el trabajo efectivo se llevará a cabo a distancia.

El reciente estudio Un lugar de trabajo sostenible, daba algunas pistas sobre cómo puede acabar siendo el empleo del futuro inmediato. Solo un 12 % de los encuestados desea trabajar en remoto durante toda la semana y un pequeño porcentaje (en concreto el 4 %) se decantaría por hacerlo de forma presencial de forma permanente. Es decir, entre esos dos polos opuestos (y minoritarios), la gran mayoría opta por la hibridación y la flexibilidad. Teletrabajar dos días (la opción que prefiere el 32 %) o tres días (36 %) a la semana es, sin duda, la opción más popular.

Para los más reticentes, las cifras hablan por sí solas. Porque en condiciones idóneas, esta fórmula mejora el rendimiento un 19 % y la calidad del trabajo un 10 %, el mismo porcentaje en que sube el orgullo de pertenencia: «No hay fórmulas para defender ir a la oficina unos días u otros, la respuesta la tendrán los empleados y las actividades a realizar; seguir pidiendo presencialidad en las empresas puede dar problemas, lo importante es encontrar la mejor forma de organizar el trabajo en la empresa», advierte Rimbau.

¿Qué hacer con la oficina?

La oficina no ha muerto. Pero tendrá que actualizarse. Y mucho. «Las empresas early adopters (las que lo adopten antes) están investigando si la productividad y la fidelidad de los equipos aumenta en remoto, y parece que es así», asegura Jaria. De hecho, según la encuesta de Morning Consult, el 70 % de los trabajadores afirma que es más productivo realizando sus tareas desde casa. «Habrá empresas con sede propia, totalmente transformada y adaptada a la nueva presencialidad flexible. También habrá empresas con sedes compartidas. Los encuentros de la plantilla se centrarán más en el networking, la inspiración, la convivencia, la formación corporativa o los encuentros puntuales con clientes», explica Jaria. Las oficinas, aseguran los expertos, deben dejar de ser ese lugar lleno de estrés y ruido en el que simplemente cumplir con las tareas que marca el día a día para dar paso a otro tipo de espacios un poco más innovadores e incluso amigables. Serán un sitio de encuentro con compañeros, un entorno que inspire a relacionarse y generar nuevas ideas.

Aprender desde el teléfono móvil nuevas habilidades para crecer en el trabajo

Si algo nos ha enseñado la pandemia es que no hace falta salir de casa para relacionarse con los amigos o para aprender cosas nuevas. Las tecnologías nos permiten acceder a todo tipo de contenidos desde la comodidad del sofá de casa. Y Udemy es prueba de ello. Esta aplicación ha conseguido crecer de manera exponencial durante los peores meses del coronavirus. Y es que su enorme catálogo de posibilidades la han convertido en una de las mejores opciones para aprender cosas nuevas. Desde programación, hasta tocar el piano, pasando por crecimiento personal... Las opciones de Udemy son infinitas.

Esta herramienta ofrece más de 130.000 talleres que se imparten a través de sencillos vídeos impartidos por instructores expertos. Según las cifras que manejan desde la empresa, sus clases online han llegado a más de 35 millones de estudiantes en todo el mundo.

Su uso es sencillo. Tan solo hay que entrar en la aplicación y escoger en su buscador la temática que nos interesa. A partir de ahí, podremos decidir qué curso realizar. Se pueden descargar lecciones individuales e incluso hay un modo que permite recibirlas solo con audio, para ir escuchando en el coche. Habrá que pagar cada curso que se realiza, pero se pueden encontrar ofertas.